Después de dos derrotas al hilo de local con Atlético Tucumán y San Lorenzo, Independiente reencontró la victoria. Y en paralelo regresó a la zona de clasificación para la Libertadores 2019. Sin volver a jugar en el nivel del fin del año pasado cuando ganó la Copa Sudamericana, venció en Córdoba 2-0 a Talleres con un gol de Gonzalo Verón en el primer tiempo, y otro, de contraataque, de Emanuel Gigliotti sobre el final del segundo.
Dice mucho de como fue el partido en el estadio Mario Kempes que Talleres, pese al traspié, se haya ido ovacionado por su gente y que Martín Campaña, el arquero rojo, haya sido la gran figura de la noche cordobesa. Campaña sacó tres pelotas claras de gol (dos de ellas mano a mano con Santiago Silva y Leonardo Godoy), porque el equipo de Frank Darío Kudelka fue el dominador de gran parte del juego. Tanto que Ariel Holan, el técnico de Independiente, rápidamente eligió no cambiar pelota por pelota como lo había hecho al principio y decidió esperar bien cerrado atrás con una línea de cinco defensores y salir rápido de contraataque.
De esa manera llegaron los dos goles rojos. En el primero, Amorebieta sacó un pelotazo largo desde el fondo, la corrida de Silvio Romero dejó atrás al defensor Quintana y al arquero Herrera y su remate fue salvado sobre la línea por el propio Quintana. Verón, con un cabezazo de arremetida, anotó el 1-0. En el segundo, con todo Talleres volcado en búsqueda del empate, Martín Benítez (quien había ingresado por Romero) localizó a Gigliotti (quien había entrado por el ecuatoriano Gaibor), cuyo remate combado al segundo palo cerró el marcador.
Con tal de igualar y volver a acercarse a Boca (sigue a nueve puntos), Talleres hizo todo lo que estaba a su alcance. A los ocho minutos del segundo tiempo, Kudelka lo puso al centrodelantero uruguayo Junior Arias por el volante derecho Fernando Godoy para atacar con cuatro, y darle una opción más al ecuatoriano Joao Rojas, casi imparable por las puntas. Pero no hubo manera. Faltó justeza en la definición y cuando pudo encontrarla, Campaña resultó una muralla.
Independiente fue sólido atrás y oportuno arriba y con esos materiales, construyó una victoria excesiva. Venía de capa caída y después de este triunfo, esperará a Boca con otro semblante, el próximo domingo en Avellaneda. Talleres volvió a perder su segundo partido consecutivo. Y desperdició la oportunidad de descontarle terreno a Boca. Pero a su gente nada de eso le importó. La cerrada ovación final fue el mejor reconocimiento a un equipo más preocupado por jugar la Libertadores del año que viene, que por salir campeón en este.