Lino Barañao salió a desmentir los rumores que lo ubicaban fuera del ministerio de Ciencia y Tecnología después de la reincorporación de los becarios del Conicet que no iban a ser admitidos en 2017. "Sigo como ministro, por ahora, mi aspiración pasa por tomarme vacaciones", dijo en tono irónico.
Anoche circularon versiones que señalaban la posibilidad de una renuncia de Barañao, quien tuvo que retroceder con el recorte en el Conicet, que afectaba a un 60 por ciento de los cupo para el año próximo y generó la toma del organismo. En la tarde de ayer, se aseguró el ingreso de los afectados, con lo que se dio marcha atrás con el ajuste en el área científica.
La toma de cinco días se levantó tras la firma de un acta compromiso que prorroga la beca a los postulantes recomendados, que no ingresaron, hasta fin de 2017; el otorgamiento de 107 becas extraordinarias; y la creación de una comisión mixta de seguimiento del ingreso de los seleccionados.
"Se atiende prioridades y se trata de hacer un uso eficiente de los fondos", señaló Barañao a Radio Mitre. El ajuste perjudicaba a unos 600 becarios que ya estaban admitidos para ingresar al Conicet. “Hay que hacer un uso adecuado de esta inversión, y garantizar que pueden contribuir al desarrollo del país", agregó.
Así, justificó el uso de los fondos. "No todos los egresados del Conservatorio Nacional entran al Teatro Colón. Se han priorizado inversiones sociales que no se preveían cuando se hizo la primera visión del Gobierno. Se trata de hacer un uso eficiente de los fondos”.
El ministro consideró que “el Conicet no es la única salida laboral” para los becarios, que estimó en unos 11 mil, recordando que estos constituyen “recursos humanos donde el Estado ha invertido”. Aseguró que hay "distintas categorías: los que se doctoran, y los post doctorales, que cuando terminan su tesis entran a la carrera de investigación. Otros, se ubican en otras instituciones, y también en empresas privadas”.