La mesa chica de Cambiemos comenzaron los primeros preparativos para las elecciones del año que viene en un encuentro en el que estuvieron el jefe de Gabinete, Marcos Peña; el ministro del Interior, Rogelio Frigerio; tres gobernadores radicales y las autoridades de la Coalición Cívica. Se trató de la primera reunión para discutir cómo será la organización nacional de la elección. Los radicales plantearon la posibilidad de hacer internas en algunos distritos y los macristas le contestaron que se resolverá caso por caso. No obstante, tanto el PRO como la Coalición Cívica impulsan la idea de listas de unidad en todas las provincias y, por ahora, parece ser la que terminará imponiéndose. Desde el radicalismo, no llegaron a plantear en ese encuentro la posibilidad de que Macri tenga un compañero de fórmula radical, algo que en el macrismo no parecen estar considerando seriamente.  

Fue el primer encuentro de la mesa nacional de coordinación política de 2018. E inauguró lo que será el trabajo para la reelección del presidente Macri. Se trató de un almuerzo de trabajo que se prolongó por dos horas y del que participaron los gobernadores de Mendoza, Alfredo Cornejo; de Jujuy, Gerardo Morales, y de Corrientes, Gustavo Valdés, que concurrió junto a Ricardo Colombi. Por el radicalismo también estuvo el diputado José Cano. Además de Peña y Frigerio, por el macrismo estuvieron el presidente de la Cámara baja, Emilio Monzó; el presidente del PRO, Humberto Schiavoni, y el vicepresidente de la Legislatura, Francisco Quintana. En representación de Elisa Carrió, concurrieron los jóvenes lilitos Maricel Etchecoin Moro y Maximiliano Ferraro.

Tanto el PRO como la Coalición Cívica están alineados en la idea de que haya listas de unidad. Se habló genéricamente de que se elija a “los mejores candidatos a gobernadores y legisladores”. Como criterios operativos, los comensales fijaron una reunión por mes para trabajar en la coordinación territorial. La próxima sería en Córdoba y luego le seguiría Santa Fe. Además, conformaron una mesa operativa de coordinación territorial que se reunirá mañana por primera vez. “Va a empezar a programar la acción general en las provincias y propuestas, con un rol importante de las fundaciones”, indicó Schiavoni, quien insistió con que la línea oficial será “buscar listas de consenso y unidad en cada distrito”.  

Los radicales, no obstante, trajeron algunas propuestas para plantear la posibilidad de internas, a lo que les respondieron que en la próxima reunión lo comenzarán a analizar. No hay grandes perspectivas de que su planteo vaya a ser tenido en cuenta por las autoridades macristas.

Desde que llegó a la conducción de la UCR, Cornejo viene planteando que la relación entre las fuerzas políticas de Cambiemos tiene que ser más equilibrada. Hasta ahora, no obtuvo resultado. Si bien circuló la pretensión del radicalismo de ubicar a uno de los correligionarios en la fórmula presidencial, en la mesa chica PRO fue tomada como poco más que una sugerencia. Lo cierto es que Gabriela Michetti sigue siendo la candidata más posible y, cuando piensan en otras alternativas, son otras macristas como la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley. Hasta ahora, nadie en el círculo amarillo del presidente se plantea la posibilidad de sumar un radical en esa fórmula. La reunión de ayer buscó contener a los radicales al mismo tiempo que se los encarrila en la dirección que pretende Macri. 

Quizás el malestar con el que vive esto el radicalismo explique por qué, tras el encuentro, solo hablaron con periodistas integrantes del PRO y de la Coalición Cívica y los radicales desaparecieron por los recovecos de la Rosada. En el oficialismo buscaron bajarle el tono a la reunión, a la que presentaron como uno de los encuentros de rutina. Lo cierto es que en todo 2018 no habían tenido un encuentro de este tipo con la UCR. Y fue la primera desde que abandonó la presidencia del Comité Nacional de la UCR José Corral, a quien los macristas veían como más razonable para aceptar el lugar que tienen en la alianza gobernante. Antes de eso, la decisión de Ernesto Sanz de alejarse de las reuniones de mesa chica de Cambiemos había dejado a los radicales prácticamente sin interlocutor directo con el presidente, que no aceptó reemplazos.