A pesar de la presión internacional, de las resoluciones de Naciones Unidas y de la CIDH y de las múltiples protestas, la líder de la Tupac Amaru y parlamentaria del Mercosur Milagro Sala pasó la Noche Buena en la cárcel de Alto Comedero, donde está detenida hace casi un año tras protagonizar una protesta contra el gobernador jujeño Gerardo Morales.

Milagro recibió anoche en el penal la visita del gobernador de San Luis, Alberto Rodríguez Saá, quien tras pasar con ella la cena navideña afirmó que la dirigente jujeña "está en una situación que es la peor que pudiera encontrarse una persona" pero destacó que "sin embargo tiene un liderazgo intacto, contagia entusiasmo y alegría".

Rodríguez Saá afirmó que Sala es "una presa política" y vive "una situación de mucha injusticia". Acompañado del diputado nacional Luis Lusquiños, el mandatario provincial visitó a la dirigente social hasta las 22, la hora límite para visitar a los internos. Hoy, cerca de las 15, el gobernador regresó al penal para despedirse de Milagro y las otras militantes de la Tupac que se encuentran detenidas.

"No pudimos brindar con sidra pero fue un grato momento donde conversamos mucho y le comenté que hace varios años tuve una situación parecida en la cárcel de Villa Devoto cuando fui a verlo a (Enrique) Gorriarán Merlo", narró el mandatario puntano, quien también visitó obras realizadas por cooperativas de la Tupac Amaru en el barrio de Alto Comedero.

 

Este miércoles está previsto que se conozca el veredicto en el primero de los juicios iniciados por Morales contra Sala. Se trata de una causa por un escrache realizado en 2009 contra el entonces senador radical, que fue atacado con huevos. La querella no pudo reunir ninguna prueba creíble de que Milagro haya participado u organizado esa protesta.

También esta semana empezará el juicio por el acampe realizado en la plaza Belgrano de la capital jujeña en diciembre de 2015, a poco de que Morales asumiera como gobernador. Esa protesta fue la excusa para la detención de la diputada del Parlasur, a la que luego el gobierno provincial mantuvo arrestada mediante el impulso de una serie de causas sucesivas.


"Tuvimos una extraña Navidad a medias"

El cura en opción por los pobres Ernesto de la Serna envió una carta abierta a Milagro Sala para expresarle su respaldo.  "Como repiten los hermanos y amigos zapatistas, no olvides que la noche nunca es más oscura como cuando está por amanecer", le manifestó.

La carta completa:

 

  Carta abierta a Milagro

       25 de diciembre de 2016

 

Querida Milagro:

No nos conocemos (aún) aunque sé que saludos míos varios te han llegado hasta el lugar de tu injusta detención.

Con ingenuidad pensaba que para mostrar una magnanimidad de la que carece, y disimular el papelón internacional, el gobierno casi dictatorial de Jujuy te liberaría para la Navidad. Pero parece que la impunidad de la que goza por el apoyo empresarial, del Gobierno Nacional (que es lo mismo) y de la prensa hegemónica (que sigue siendo lo mismo) le permitió sentirse lo suficientemente poderoso como para no necesitar mostrar eso. La ternura es debilidad para estos engendros del autoritarismo. Esa misma ternura que el Che decía que no hay que perder. Me equivoqué en mi ilusa esperanza, ¡perdón!

Pensaba que esa famosa frase “volveré y seré millones”, que le atribuyen a Evita y también a Tupac Amaru, no pierde vigencia, aunque por un tiempo no lo parezca. “Creyeron que nos mataban, pero nos estaban sembrando” afirma un dicho que hacemos nuestro desde la dictadura cívico-eclesiástico-militar. Es cierto que al sembrar “si el grano de trigo no muere, no da fruto”. O que “la fuerza es el derecho de las bestias” como repetía Perón. Nunca tan evidente como en estos tiempos ¿No? Y como tienen el manejo de los medios de comunicación repiten hasta el hartazgo medias verdades o todas-mentiras; al fin y al cabo está lleno de mentes que “quieren creer” lo que las posverdades les dicen para estar tranquilos. ¿Sabés qué? ¡Molestaste! Con tu estilo propio mostraste al país entero que en Jujuy, y el noroeste especialmente, había una injusticia estructural que era violenta. Y mostraste que “los negros” pueden organizarse, pueden pelear por sus derechos, pueden reclamar su dignidad. ¿Cómo no va a molestar eso en tu provincia y las vecinas? ¿Cómo no va a subvertir en el machismo recalcitrante que una mujer lo grite? ¿Cómo no va a rebelar que una indígena lo haga patente en una “blanca y pura” sociedad que prefiere cerrar los ojos a la injusticia y a desigualdad?

Milagro, hermana, ¿sabés? Eso es lo que les escandaliza y a lo que se niegan… A saber que sos su hermana. ¿Cómo va a ser mi hermana “esa”?, parecen decir y pensar. Perdonanos por la parte que nos toca, por lo menos como blancos, porteños, curas que somos los que también te crucificamos. Muchos no saben lo que hacen, pero otros prefieren a Barrabás. Muchos no entienden mirando el pesebre, pero otros celebran con Herodes el atentado contra los Inocentes. Perdonanos.

Y desde lejos, por ahora, seguiremos haciendo lo que esté a nuestro alcance para que puedas “pisar nuevamente, las calles de lo que fue” Jujuy ensangrentada. Y podamos “brindar por los ausentes”.

Tuvimos una extraña Navidad a medias. Una hermana, varios hermanos y hermanas, están injustamente encarcelados en los primeros presos políticos que nos tocan sufrir en tanto tiempo (porque también nosotros los hemos solidariamente sufrido). Espero pronto poder darte un abrazo; ojalá libre, pero sino será en esa casa extraña que un contador armó para vos desde su impotencia.

Algunos grandes desde la cárcel engendraron sus mejores obras. Pienso en Juan de la Cruz o en Miguel Hernández, por ejemplo. La solidaridad nacional e internacional que se va gestando en torno al reclamo de justicia por tu liberación quizás sea un tumor para este gobierno genocida que se desentiende de tantas y tantos a los que también niega el fascinante título de “hermanos”. De esos mismos a los cuales dedicaste tus tiempos, tus luchas, tus sudores.

Hermana Milagro espero que me sientas de algún modo cerca. Y que no bajes esos brazos que tanto les molestan a los impunes. Seguí levantando el brazo en alto, que miles de brazos se sumarán y, ojalá más temprano que tarde, empezarán a verse los frutos de los millones de Evita y Tupac, y desarmados desarmen la violencia de los mediocres y podamos juntos seguir – o volver – soñando con que otro mundo es posible; un mundo donde crezcan muchos mundos. Mientras tanto, como repiten los hermanos y amigos zapatistas, no olvides que la noche nunca es más oscura como cuando está por amanecer.

Un fuerte abrazo, ¡hermana!

 

Eduardo de la Serna

Cura en opción por los pobres