Mañana a las 19, en el Petit Salón de Plataforma Lavardén (Mendoza y Sarmiento) se presenta la antología Rosario se lee. Proyecto ganador del estímulo otorgado por la Convocatoria Espacio Santafesino en la categoría Serie editorial, Rosario se lee (Casagrande Ediciones, 2018) es una colección de tres antologías dirigidas a las escuelas secundarias de la ciudad. Ordenadas por género (narrativa realista, cuento fantástico y poesía) reúnen textos de escritores que forman parte de la escena literaria de Rosario, y los acercan a las aulas con sugerencias de actividades para estudiar las obras. No sólo se incluyen a autores en plena producción sino a aquellos que desde la historia de la literatura de la región se leen en el horizonte de la contemporaneidad: Mateo Booz, Arturo Fruttero, Emilia Bertolé y José Pedroni. También a quienes hasta no hace mucho formaron parte de su territorio vivo y hoy constituyen una fuerte huella: Aldo Oliva, Jorge Riestra, Beatriz Vallejos y Alma Maritano.

Los tres tomos de Rosario se lee son los libros que hubiera sido hermoso, para cualquiera de quienes contribuyeron a ellos con sus obras breves, llevar en la mochila en el colegio secundario. Allí un poeta como Felipe Aldana (cuyos versos bajo la dictadura circulaban de pupitre a pupitre a través de azarosos y ocultos cuadernitos) es dado a leer para vivenciar la relación de la ciudad con el río Paraná. Tres décadas de historia se revelan a través de la memoria de lo mínimo y de la microhistoria familiar en un cuento de Marcelo Britos; poemas de Mirta Rosenberg, Diana Bellesi o Estela Figueroa construyen metáforas que abren portales desde lo cotidiano a las honduras de la existencia.

En el volumen dedicado al género fantástico, se incluyen obras de Patricia Suárez, Javier Núñez y una adaptación a la historieta (con dibujos de Horacio Trino Mansilla) de un cuento de Federico Ferrogiaro. A Angélica Gorodischer ya no hay que buscarla allí sino en su compromiso con la problemática de género, en el tomo realista.

La literatura moderna, que describe el mundo como visto por primera vez, sale al encuentro de quienes empiezan a descubrirlo. Los tres libros son el fruto de un trabajo en equipo, que puso cuidado en los detalles (diseño, autorizaciones, cuidado de edición) y que expresa conjuntamente el deseo de "que los jóvenes de Rosario y la región conozcan un poco más sobre las creaciones de sus vecinos, los escritores de esta zona; que disfruten de ellos, que se encuentren, que aprecien el vigor, la actualidad, la cercanía de estas palabras".

No es una mera selección de textos sino que, además de la problematización teórica de cada género y una breve reseña biográfica de cada autor o autora, cada relato o grupo de poemas es presentado por un docente que armó un dispositivo de actividades, enlaces y lecturas complementarias incluso en otros lenguajes, como el del cine.

Silvina Guala, Marina Maggi, Carolina Quiroga, Nadia Isasa, Graciela Aletta de Sylvas y Ferrogiaro son sólo algunos de quienes trabajaron estos andamiajes que educan uniendo literatura y vida.

La lista de agradecimientos a quienes apoyaron el proyecto, encabezada por Espacio Santafesino y el Ministerio de Innovación y Cultura del gobierno de la provincia de Santa Fe, abarca a diversas instituciones: Escuela Zona Parque, EEMPA Nº1256, Escuela de Letras de la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario, Asociación de Graduados de Letras, Facultad Libre de Rosario, Mutual Amen. Hay además una larga lucha detrás de estos libros. Las Jornadas Académicas "La Literatura de Rosario" (2011 y 2012) fueron parte de esa historia, donde convergen las ediciones independientes con voluntades políticas institucionales y del Estado provincial.

El hilo rojo del proyecto y sus antecedentes son Ferrogiaro y Nicolás Manzi. Ambos vienen remando, desde la docencia y la edición, la valoración de una literatura local que no tiene nada que envidiarle en calidad a la que se produce en Buenos Aires o en otras provincias.