Un escándalo de proporciones mayúsculas se produjo en la Academia Sueca, que elige al Premio Nobel de Literatura: tres de sus miembros acaban de renunciar por casos de abusos y de corrupción. Esto pone en peligro la existencia de la institución cultural y la imagen del prestigioso premio. Además, se trata de algo insólito, ya que sus dieciocho miembros no pueden renunciar al cargo vitalicio. Sin embargo, el tema trasciende cualquier reglamentación. Dos de los protagonistas son Katarina Frostenson y su marido. En noviembre del año pasado, dieciocho mujeres acusaron al francés de acoso sexual en el marco del movimiento #MeToo, e insinuaron que otros miembros de la Academia podrían ser conscientes de ello y haberlo permitido.