El Banco Central mantuvo ayer la tasa de interés de referencia en 27,25 por ciento. La autoridad monetaria aclaró que esta medida busca frenar las presiones inflacionarias de los últimos meses. “La inflación esperada para 2018 aumentó de 19,9 a 20,3 por ciento para el nivel general y de 17,1 a 18,1 por ciento para el componente núcleo”, mencionó el organismo. Agregó que “la expectativa de inflación para 2019 pasó de 14,0 a 14,3 y de 9,7 a 10,0 por ciento para 2020”. En lo que refiere al dólar, cerró ayer en 20,50 pesos, con un retroceso de un centavo. El organismo a cargo de Federico Sturzenneger, al igual que anteayer, no intervino en el mercado cambiario. Las reservas se ubicaron en 67.764 millones de dólares, con un alza de 96 millones.
La autoridad monetaria, pese a reconocer que hubo una suba en los precios esperados de los inversores, no aumentó la tasa de interés sino que se limitó a mantenerla en el mismo nivel desde finales de enero. El Gobierno le negó explícitamente volver a subir la tasa de interés y le solicitó seguir bajándola gradualmente hasta alcanzar un 20 por ciento. La entidad en su comunicado de política monetaria, en el que se informa el resultado de la licitación de los pases que se fijan la tasa de interés de referencia, adelantó que abril sigue con tensión inflacionaria. “Las estimaciones e indicadores de alta frecuencia de fuentes estatales y privadas monitoreadas por la autoridad monetaria indican que la inflación núcleo de abril se mantendrá en registros elevados”, mencionó. Aclaró que igual sigue siendo optimista y que los precios bajarán a partir de la segunda parte del año. Se trata de un argumento que también utilizó a principio de 2016 y de 2017 y que en los datos duros no comprobó.
“La aceleración de la inflación los últimos meses es transitoria y se debe a los fuertes aumentos en los precios regulados y a la rápida depreciación del peso entre diciembre y febrero. Una vez superados los factores transitorios la inflación consolidará su tendencia a la baja”, indicó. La autoridad monetaria precisó que son cuatro los motivos que permitirán disminuir las tensiones de precios. “La política monetaria es más contractiva que la observada durante la mayor parte del año pasado. Las negociaciones salariales están pactándose de manera consistente con la meta del 15 por ciento. El proceso de ajuste de precios regulados se desacelerará fuertemente después de abril. El nivel elevado del tipo de cambio real y la propia acción del Central llevan a no prever, en los próximos meses, depreciaciones significativas del peso”, aclaró. El presidente del Central reconoció, después de años de asegurar que son métodos poco efectivos, que los precios bajarán gracias al uso de un ancla cambiaria y de un ancla salarial.
La autoridad monetaria aprovechó su comunicado monetario para intentar argumentar por qué decidió intervenir en el mercado del dólar para manipular su precio. “Se continuó interviniendo para sostener el valor de la moneda, con la convicción que una depreciación mayor a la ya ocurrida no estaría justificada ni por impactos económicos reales ni por el curso planeado de la política monetaria”, indicó. Aclaró que “el proceso de desinflación podría hacerse más lento sin las intervenciones”. Este argumento es lo mismo que decir que si precio que fija el mercado del dólar es el que le gusta al Central, no pasa nada, pero si no le gusta hay derecho a intervenir sin que eso altere la lógica de tipo de cambio flexible que promociona hace años.
El comunicado del Central, para no perder la costumbre, cerró con su muletilla. “El actual sesgo de la política monetaria es adecuado para que la inflación desciende al sendero buscado. Pero la entidad está lista para actuar, ajustando su tasa de política monetaria, si esto no ocurre”. Nadie en el mercado le cree al organismo que se animará a subir la tasa de interés en contra de lo que le solicitó el Gobierno.