Fue un momento de intenso amor neoliberal. El presidente Mauricio Macri recibió a su par español, Mariano Rajoy. Y juntos –aunque no tomados de la mano– intercambiaron elogios, hablaron de posibles inversiones y dijeron al mundo que las elecciones de Venezuela de mayo no serán reconocidas por ninguno de los dos países. Sin sonrojarse por los dos años de pérdida de libertad de Milagro Sala, Macri además reclamó “que se libere a lo presos políticos y se establezca un cronograma electoral en serio”. Cuando le preguntaron por Lula da Silva, no hizo el mismo pedido para Brasil (ver aparte).
Fue el momento de definiciones de derecha en el agradable encuentro que compartieron Macri y Rajoy. Es importante tener el cuenta que el PRO tomó del Partido Popular y de José María Aznar buena parte de sus referencias y hasta su estructura de partido, conformado en torno a una fundación. La llegada de Rajoy fue para Macri todo elogios y ensoñaciones de inversiones. El presidente español trajo consigo a 70 empresarios españoles, muchos de ellos ya con negocios en la Argentina.
En la conferencia de prensa conjunta que ofrecieron, Macri dejó en claro su visión social: “Creemos que enfrentamos un mundo dinámico donde habrá ganadores y perdedores, y creemos que si estamos juntos vamos a tener más oportunidades de estar dentro del grupo de los ganadores”. Luego advirtió en qué lugar ubica a Venezuela.
“Por más que Maduro me insulte, no lo vamos a reconocer como un presidente democrático ya que hace rato que no hay democracia”, sostuvo Macri, el mismo día que el principal partido opositor a su gobierno fue intervenido y un aliado suyo fue designado al frente. “Esas elecciones no tienen ningún valor”, sentenció Macri, sin exhibir la prudencia que en su gobierno demuestran a la hora de pronunciarse sobre la situación de Brasil.
En sintonía con Macri, Rajoy señaló que coincidieron “en el análisis de la situación” y en que “la única solución viable es devolver la palabra a los venezolanos, sin amenazas y sin aprovechar el hambre y la miseria provocadas por la incompetencia para establecer regímenes clientelares”. “Queremos para los venezolanos lo mismo que para nuestros países: democracia, libertad, derechos humanos, estabilidad, tranquilidad y progreso económico y social”, aseguró el mandatario español, quien mantiene presa a toda la dirigencia elegida democráticamente en Catalunya. Férreo opositor del aborto legal, cuando le preguntaron qué resultados de salud dio la interrupción legal del embarazo en su país, Rajoy evitó dar una respuesta clara.
Por su parte, el presidente argentino, que hace poco convalidó el asesinato por la espalda de un asaltante a manos de un policía, se quejó de la falta de derechos humanos en Venezuela y del “nivel de atropello con el que ha actuado el gobierno de Maduro”.
En la reunión bilateral con Rajoy, en cambio, todo fueron flores. “Claramente tenemos un camino común porque queremos integrarnos al mundo de forma inteligente y llevarle mejores oportunidades a nuestra gente”, le dijo Macri. “Recorrimos una agenda importante dentro del plan de acción estratégica y hemos reconfirmado nuestra vocación de trabajar en el desarrollo de infraestructuras y el intercambio educativo”, indicó.
Aseguró que uno de los temas en los que acordaron es el medio ambiente: “Es una prioridad para ambos gobiernos y que tiene que ver con obras de mitigación para reducir los problemas que trae el cambio climático”.
También se mostraron de acuerdo en los “planes de modernización”, que han venido acompañados de miles de despidos de empleados públicos. “Creemos que para que los gobiernos estén más cerca de los ciudadanos, hay que introducir la tecnología para generar transparencia, cercanía, dinámica, velocidad y facilitación del desarrollo de la comunidad”, recitó Macri.
Ajeno a la proscripción del gobierno catalán, el presidente argentino aseguró que España “es un ejemplo a seguir”. “Todo esto, obviamente, es un contexto en el cual España es un país muy cercano al corazón de los argentinos”, destacó. No llegó a repetir aquello de que los que se independizaron de ese país sintieron angustia, como sí hizo ante el Rey emérito Juan Carlos. Pero estuvo cerca. No dijo “querido rey”, pero sí “querido amigo”. “También nosotros venimos de un largo periodo de aislamiento y queremos integrarnos al mundo de forma inteligente”, insistió Macri con la pesada herencia.
Rajoy ratificó su apoyo para que la Argentina ingrese a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). A su vez, Macri remarcó que seguirá intentando concretar un Tratado de Libre Comercio entre el Mercosur y la Unión Europea. “Es una gran oportunidad para ambos, que nunca estuvimos tan cerca y esta vez la tenemos que hacer realidad”, se entusiasmó.
Sobre los empresarios que acompañaron a Rajoy, indicó que los considera una “importantísima delegación de España que vislumbra inversiones, empleo, que es la solución para reducir la pobreza y el principal compromiso que he asumido como presidente”. Así se refirió el mandatario a la lluvia de inversiones que estaría por llegar desde 2015. De momento, los paraguas están bien guardados.