Acaba de cumplir 88 años y contagia entusiasmo a cada paso. Lo tienen claro Malena Noguer y Martín Ferrari que se dieron el lujo de contar con su presencia en el reciente estreno del documental “La educación en movimiento”, que se presentó la semana pasada, y puede verse en Espacio INCAA Sala Gaumont (Av. Rivadavia 1635). La producción, que tuvo un rodaje de más de 500 días, da cuenta de distintas experiencias pedagógicas en organizaciones sociales de 10 países de América Latina.
En la educación popular, quizás como en ninguna otra experiencia pedagógica, la labor educativa cumple un rol fundamental como herramienta de emancipación y de construcción social. En este sentido, la educación nunca puede pensarse en forma separada de la memoria de un pueblo. Y en este punto es donde se redimensiona la figura de Nora Cortiñas como símbolo viviente de la búsqueda constante por educar en la memoria para poder construir el futuro. Sin dudas, no hay futuro posible si no se conoce cuál es el punto de partida.
El film y el acompañamiento de Nora al proyecto audiovisual de Noguer y Ferrari nos da la inmejorable oportunidad de poder hablar con ella, quien junto a las Madres de Plaza de Mayo, hace más de 40 años, trabaja incansablemente para educar en la memoria a través de su experiencia. Universidad dialogó con la presidenta de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora quien –durante la charla y con la generosidad que la caracteriza- no se cansa de invitar a ver La educación en movimiento, una conexión que nos da el pie perfecto para hablar de la importancia de la educación para la Argentina y toda la región: “Es muy didáctica. Importante en estos momentos donde la educación está vapuleada. Es una película hecha con el corazón y con toda la inteligencia”, destaca sobre el documental mientras se dispone a continuar con la entrevista.
¿Cuál es tu vínculo con la educación?
Soy titular honoraria de la materia optativa “Poder económico y derechos humanos” en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA). También me vinculo con Pañuelos en rebeldía, el bachillerato del IMPA y con el profesorado Dora Acosta en la Villa 31 bis (con la hermana de Dorita). Me interesa mucho la experiencia de los bachilleratos populares especialmente y el plan FINES. Conozco mucha gente que terminó el colegio a través de este programa y que llegó a tener un oficio gracias a este curso, por haber estudiado. Cuando vi la película me pareció extraordinario cómo están ensamblados los distintos países de Latinoamérica, demostrando cómo el mundo tiene avidez no sólo de informarse, sino de instruirse.
- ¿Te parece importante que se hable en las aulas sobre la memoria? ¿Debe ser un tema de la currícula? ¿A partir de alguna edad en particular?
La memoria, desde lo vivido, al volcarla en libros o las películas ayuda a que el pueblo siga recordando y siga con la búsqueda de verdad y justicia, como nosotras. La educación es indispensable, además de necesaria. La educación desde que nace el ser humano tiene que estar incluida en su vida cotidiana. Es fundamental para el desarrollo del ser humano en todos los aspectos.
En alguna entrevista del año pasado leímos que señalaste que no eras feminista hasta que se llevaron a tu hijo.
El feminismo es un movimiento que va creciendo, la mujer va tomando conciencia, va dejando de ser invisible, terminando con el silencio y eso no se da de un día para el otro. Viví el feminismo después de unos años que se llevaron a Gustavo, de haber salido a la calle, haber caminado con mis amigas, de haber visto este otro aspecto de la lucha que yo tuve que emprender y que es el gran compromiso de mi vida, que no es solo por mi hijo Carlos Gustavo, es por todos los detenidos/desaparecidos, hombres y mujeres. Estoy en contra del machismo, de la prepotencia del hombre, del patriarcado. Es una cuestión de miedos también. El hombre a veces se maneja intimidando a una mujer, amenazándola y con actitudes que repudio. El femicidio yo lo condeno totalmente y quiero perpetua para el que mata a una mujer, perpetua sin atenuantes.
- ¿Qué opinás de la nueva oleada feminista que se generó a partir del #NiUnaMenos?
No es una oleada en sí, es un despertar de mujeres como yo, que cuando era más joven tenía mis creencias. Cuando no estaba difundido el feminismo en su esencia, era a veces medio veleidoso. Lo otro es la seriedad del feminismo, lo que representa, es saber que tenemos derechos y que los tenemos que ejercer. El desarrollo del mundo (no solamente de Argentina) se va a dar entre hombres y mujeres.
Por último, ¿cómo ves el futuro de la educación y la misión de mantener viva la memoria?
Con mucha lucha, vamos a seguir luchando, estamos en contra de la prisión domiciliaria a genocidas, a personas que torturaron hombres y mujeres, mujeres embarazadas, toda esa aberración. Hay que seguir trabajando para que encontremos toda la verdad y toda la justicia. Se habla de una Justicia de transición y de ninguna manera es así. El único lugar para los genocidas y femicidas es la cárcel. No hay otra alternativa. Para que el país tenga una democracia sana tiene que haber toda la justicia, toda la verdad y toda la memoria.