La Justicia sobreseyó por inimputable a Ivan Furiasse, el hombre que en octubre pasado mató de manera brutal a su esposa de 33 años y a su hija de 2, en barrio Acindar. La decisión del juez Héctor Núñez Cartelle tuvo que ver con el pedido del fiscal Florentino Malaponte, quien detalló los problemas de salud mental del acusado, que no le permiten comprender la criminalidad de sus actos, por lo que no puede ser llevado a juicio. El acusado seguirá internado en un psiquiátrico, pero la familia de las víctimas se mostró conmovida y enojada. En diálogo con Rosario/12, la prima de la víctima, Marcela, dijo sentir "mucha impotencia. A mi prima y mi sobrina ni siquiera pudieron contarles la cantidad de puñaladas que tenían", dijo sobre lo atroz del ataque. "Queremos que siga internado y que no salga nunca más; que se muera ahí adentro", reclamó.

Para los familiares de la mujer, hubo indicios de que algo malo podía pasar. "Siempre digo que él planeó esto. Sabemos que él se acuerda de todo lo que pasó ese día. El ya venía organizando esto. El sábado antes del hecho la llevó en una salida de novios, como nunca, y le regaló chocolates. El era muy posesivo, y fue peor cuando nació la nena, porque fue como que ella le sacaba toda la atención de Fernanda", relató Marcela. "Mis tíos (padres de Fernanda) sabían lo que podía pasar", dijo por el sobreseimiento.

En la audiencia de semanas atrás, Malaponte solicitó que el proceso continúe en la Justicia civil, para que se determine el grado de incapacidad del acusado, que está internado en la colonia psiquiátrica de Oliveros.

Cuando fue imputado, el año pasado, el acusado, de 34 años, se mostró perdido: "Un hijo de puta soy; eso soy", dijo cuando se le preguntó la identidad. El pedido del fiscal se basó en el resultado de los estudios médicos, que dictaminaron que no tiene capacidad para comprender el hecho que cometió ni está en condiciones de afrontar un proceso penal. El resultado de los estudios fue "desorganización del pensamiento y alucinaciones". Incluso, podría manifestar tendencias suicidas y que "el cuadro que presenta es difícil o imposible de simular".

Así, el juez Núñez Cartelle resolvió en consecuencia y lo sobreseyó tras analizar que el acusado atravesó por "cuadros psicóticos agudos en octubre, y uno anterior por el que debió ser internado en una clínica de salud mental durante los meses de enero y febrero de 2017", cuando atacó a su padre. Para el juez, "todo ello hace determinar que Furiasse no ha podido comprender la criminalidad de sus actos".

"El no quería a su padre y mi prima era la que lo contenía, su cable a tierra", dijeron los familiares de la mujer, en su momento. Según indicaron, si bien el imputado estaba tomando una medicación, con la que se mantendría estable, había dejado de hacerlo. "Le dijo a mi prima que según su médico, ya no la necesitaba", recordaron familiares.