Un avión militar ruso con 92 personas a bordo, entre ellas un coro que iba a actuar para las tropas en una base en Siria por Navidad, se estrelló en el Mar Negro, frente a la ciudad de Sochi. El Tu-154 desapareció de los radares después de despegar y en el agua se hallaron restos del aparato repartidos por varios kilómetros, informó el Ministerio de Defensa a la agencia de noticias oficial rusa TASS. Consultado sobre si un ataque terrorista podía ser motivo del siniestro, el ministro de Transporte ruso, Maxim Sokolov, aseguró desde el lugar del accidente que se investigarían todas las posibilidades. Así corrigió informaciones previas de la agencia RIA Novosti, que hablaban de un accidente aéreo de origen técnico o de un error del piloto. TASS aclaró que el piloto era muy experimentado y que el avión, reparado en diciembre de 2014, había pasado sin problemas por una revisión técnica de rutina en febrero de 2016.

Vladímir Putin anunció que hoy será un día de duelo nacional por las víctimas del accidente del avión. Desde Siria, Bashar al Assad ofreció sus condolencias a su homólogo ruso. Desde el Ministerio de Defensa de Rusia, al que pertenecía el aparato siniestrado, informaron que luego de varias horas de búsqueda en la zona donde se estrelló el avión, no se hallaron sobrevivientes. “Ya se ha establecido el lugar dónde se estrelló el Tu-154 y no parece que haya supervivientes”, informaron en la oficina de prensa de esa cartera, según la agencia de noticias Interfax. El presidente ruso encargó a su primer ministro, Dmitri Medvédev, que encabece la comisión estatal que investigará del accidente.

Según el Ministerio de Transporte ruso, entre los 84 pasajeros que llevaba el avión, atendidos por una tripulación de 8 personas, iban Elizaveta Glinka (popular como Dr. Liza), conocida filántropa rusa que acompañaba un cargamento humanitario destinado a un hospital sirio y presidenta de la conocida ONG caritativa “Ayuda Justa”; militares y periodistas, e incluía a equipos de al menos tres canales de televisión: Zvezda, Channel One y NTV. Además viajaban el director del famoso coro mililar Alexandrov, Valery Khalilov, y al menos 60 integrantes más, que eran enviados a celebrar el Año Nuevo con los integrantes de las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia, destinados en la base siria de Hmeymim, sobre la costa de Latakia, en Siria.

Desde esa base, Rusia lleva adelante su campaña militar en el país árabe azotado por la guerra civil, donde, a pedido del gobierno sirio, lleva más de un año apoyando desde el aire a su ejército contra grupos rebeldes que, con una ayuda más o menos abierta de terceros países, pretenden derrocarlo. El presidente ruso decretó un día de duelo nacional, mientras en el Mar Negro se suspendió hasta hoy la búsqueda de nuevos restos del avión y de víctimas. Putin aseguró que se llevará a cabo una investigación exhaustiva de las causas del accidente y se hará todo por apoyar a las familias de los fallecidos.

De momento, las autoridades rusas no adelantaron hipótesis sobre las posibles causas de la tragedia aérea. “Puede haber sido un fallo técnico. No creo que haya sido un fallo humano, porque el avión estaba ascendiendo”, dijo a Interfax Magomed Tolboev, prestigioso piloto de pruebas ruso. En su opinión, debido a las características del accidente, los ocupantes del avión no tenían ninguna posibilidad de salvarse.

El Tu-154 había despegado a las 05.20 hora local (19.20 hora de Argentina) del aeropuerto de Sochi, en el sur de Rusia, y pocos minutos después, cuando tomaba altura, se estrelló en las aguas del Mar Negro, a pocos kilómetros de la costa. El avión, un trirreactor con capacidad para hasta 180 pasajeros, procedía de Moscú y había hecho escala en el aeropuerto de Sochi para repostar combustible.