Durante 2017 el consumo de bienes manufacturados de origen nacional creció un 1,6 por ciento mientras que la importación de productos industriales aumentó un 13,7 por ciento. Un informe elaborado por la Universidad Nacional de Quilmes revela que por cada punto de incremento en el consumo de bienes fabricados en Argentina, los importados se dispararon nueve puntos porcentuales. Con ese comportamiento aceitado por el paulatino proceso de liberalización comercial, las importaciones volvieron a incrementar su participación en el mercado interno. A lo largo de los últimos dos años su cuota de mercado escaló 3,8 puntos porcentuales para pasar de 17,8 a 21,6 por ciento, el nivel más elevado desde 2012 cuando para hacer frente a los coletazos de la crisis internacional y la recesión el gobierno anterior puso en marcha distintas estrategias para administrar el comercio exterior. A pesar de la sostenida pérdida de puestos de trabajo en el sector industrial, que registra 67 mil empleos menos que en diciembre de 2015, en el Ministerio de Hacienda aseguran que el proceso de apertura comercial seguirá avanzando.
El índice Hecho en Argentina (IHA) que estima el consumo interno de bienes industriales de fabricación nacional registró en 2017 un alza interanual de 1,6 por ciento. La mejora interanual, sin embargo, no alcanzó para compensar la contracción de 5 por ciento observada en 2016. Los datos elaborados por el área de Economía del Desarrollo de la UNQ evidencian que el consumo interno de bienes nacionales se ubicó al finalizar el año pasado un 3,5 por ciento por debajo de 2015.
El informe elaborado por el economista Germán Herrera Bartis muestra que la incipiente recuperación estuvo concentrada en un segmento limitado de actividades mientras que otras profundizaron el comportamiento contractivo. “El crecimiento de la demanda interna de bienes nacionales se concentró principalmente en los sectores que abastecen con insumos y bienes de capital a la construcción. Durante 2017 esa actividad creció 10,4 por ciento, unas cuatro veces más que el PIB agregado”, indica el informe de la UNQ. De la mano de la obra pública y las edificaciones urbanas, los mayores incrementos se observaron en el consumo de maquinarias (17,4 por ciento), productos metálicos (12,9) y laminados de acero, hierro y aluminio (12,5), equipamiento eléctrico (7,6) y minerales no metálicos (7,5).
A contramano las caídas más pronunciadas en el consumo de productos hechos en la Argentina se observaron en calzado y otros productos de marroquinería donde la caída alcanzó al 12,1 por ciento. También mostraron un desempeño contractivo la actividad dedicada al ensamble de televisores, equipos de audio y comunicaciones con una baja del 8,9 por ciento mientras que la actividad textil nacional retrocedió 7,2 por ciento y las prendas de vestir lo hicieron un 5,7 por ciento.
Las estadísticas elaboradas por los docentes e investigadores de la UNQ muestran que, a nivel sectorial, el crecimiento de la participación de las importaciones fue generalizado y alcanzó a 12 de los 17 sectores analizados por el IHA. Las variaciones más importantes en la cuota de mercado ganada por los productos externos se observó en equipos de TV y comunicaciones (7,3 puntos porcentuales), el complejo automotriz-autopartes (5,9 puntos), maquinaria eléctrica (5,4 puntos) y calzado y productos de marroquinería (4,5 puntos).
“Las importaciones muestran una tendencia persistente de crecimiento para este año. Al comenzar la gestión de Cambiemos cayó el consumo de bienes de producción nacional pero subieron los volúmenes importados, una combinación muy destructiva y prácticamente inédita. En 2017, los bienes industriales importados crecieron nueve veces más que el consumo de los bienes fabricados en el país. En el primer bimestre de 2018, las cantidades importadas subieron 26 por ciento, mientras que la producción industrial medida por el EMI lo hizo un 3,9 por ciento. Esta ecuación asimétrica es claramente negativa para el empleo industrial”, indicó Herrera Bartis a este diario.