En “Autogestión del cariño”, Jazmín Giordano pone en diálogo la pintura con otros medios y esgrime su mirada crítica sobre los roles de géneros dentro del hogar y los valores patriarcales que imponen las imágenes publicitarias. Así, aborda distintos aspectos y juega con los clichés de apariencias y aspiraciones que asumen las mujeres–madres–amas de casa (cansadas de limpiar pero felices de ver las superficies sin manchas) todo un cúmulo simbólico desde el cual Jazmín piensa el trabajo doméstico (no reconocido) y lo utiliza conceptual y artísticamente para problematizarlo.
Solo quiero que me quieran, Sueños, Princesa forever, Autogestión del cariño y Captación/abducción son las diferentes series en las que cuestiona también la perpetuidad del concepto de princesa y amor romántico, y cómo esa complicidad supone además una aspiración que, en definitiva, no hace más que restringir deseos y naturalizar micro abusos y maltratos edulcorados en la trampa feroz del ‘amor verdadero’.
Esta muestra, que cuenta con la curaduría de Carmen Ferreyra, aglutina casi toda la obra que Jazmín realizó hasta ahora. Para desarrollarla tomó ciertas técnicas del arte decorativo para continuar su reflexión sobre el trabajo doméstico, los estereotipos de género y la heteronorma que atraviesa los avisos publicitarios de la televisión. Investigó en sus contenidos desde su propia experiencia y lo que ve en los medios desde hace años. “Por eso –dice– no es apagá la tele y chau. La televisión se ve mucho y tiene mucha influencia. Me interesa poner esos estereotipos en función de otra cosa y resignificarlos desde distintos soportes artísticos. Cuestionar esa idea de decorar el hogar, limpiarlo y mantenerlo ordenado. Todo el trabajo doméstico queda en la intimidad del hogar pero sostiene un sistema que es difícil de cambiar. Son cuestiones micro que llevan a violencias más grandes; que las mujeres tengan hijxs y que mantengan la dinámica del hogar, por ejemplo. Nos proyectan o nos bajan esa línea todo el tiempo”, subraya.
Princesa del hogar
Todo empezó cuando Jazmín quiso desentrañar esa “mirada aspiracional” –como la llama– que refleja una imagen restringida respecto de los deseos. “La mujer en las publicidades es víctima y heroína y se impone a sí misma esos mandatos. A veces es muy difícil salirse de ahí y no perpetuar esos modelos. El concepto de princesa sigue siendo el mismo. Beyoncé, que podría ser una de las ‘nuevas princesas’ dice en sus letras que aspira a la familia y a un buen matrimonio. Me interesa ver qué pasa con el amor romántico, hacer cosas por amor o bancarse cosas por amor. Y qué genera eso, que no es más que otra violencia”.
A través de estas caracterizaciones y de la apropiación de imágenes publicitarias, Jazmín reflexiona sobre el rol de la mujer en el hogar y aborda en cada serie distintos aspectos de estos estereotipos, jugando con clichés y parodiándolos. “Solo quiero que me quieran comenzó como un análisis acerca de las apariencias y la mirada aspiracional puesta en un lugar ajeno, extranjero y superior”, explica. “Esta reflexión derivó en Sueños, una serie de obras en las que el personaje asume excesiva y ridículamente la gama súper restringida de deseos y proyecciones de vida a los que debe apuntar una mujer según ciertos medios de entretenimiento y publicidad: madre y ama de casa. En la serie Princesa forever busco un paralelo entre la figura de princesa de la década del 50 y su versión contemporánea. Fueron cambiando las formas de representación pero el concepto de princesa se mantiene casi intacto. La mujer joven, bella y modesta –ahora sensual, provocativa y atrevida– cuyo objetivo principal es casarse. En una de sus canciones Beyoncé dice: ‘Cause if you liked it, then you should have put a ring on it. (Porque si te gustó, entonces deberías tener puesto el anillo)”. De esa serie se abre una tangente hacia Autogestión del cariño donde “el disparador es el concepto de amor romántico y los micro abusos y maltratos muchas veces naturalizados y mal interpretados como señales de amor: los celos, el control, la persecución y la supervisión”, sigue Jazmín.
En todas las series hay trabajos en videoarte que están protagonizados por ella misma. Dice que la publicidad apunta a mujeres blancas, de clase media, con pelo lacio, de edad intermedia y ropa beige. Esos disparadores son los que aborda en sus personajes de ama de casa perfecta/princesa soñada, pero también se pone en la piel de un personaje híbrido mezcla de gaucho-macho rioplatense y tanguero para apropiarse de ese rol y subvertirlo travistiéndo(se) y transformándose ella en ese guapo compadrito, ícono de la masculinidad rioplatense. “Mi trabajo se materializa principalmente en forma de videoinstalaciones que enfatizan la experimentación de la intersección entre lo digital y lo físico”, cuenta. “Por eso, mis instalaciones se identifican con dos grupos disciplinarios: la pintura y el videoarte. Y una serie de acciones que tienen lugar en el cruce de esos dos grupos”. Entre la primera acción de las pinturas y la realización de video existen varios pasos en los que Jazmín explora diversas técnicas. Lo explica así: “Comienzo por la pintura, que se convierte en intervención de objetos, luego en instalación, que se transforma en set fotográfico. Ahí aparece un personaje, y continúo trabajando con vestuario, maquillaje y performance, para llegar después a la fotografía otra vez, que finalmente se convierte en video stop motion”.
Los personajes de Jazmín, el ama de casa y el gaucho queer, están construidos desde lo grotesco con anterioridad y son los símbolos en lo que ancla su trabajo instalativo. La ama de casa perfecta, que es también la princesa del hogar, exagera su look y cumple con los mandatos de limpieza a la vez que aparece hiper producida en un ambiente ultra kitsch que explota de colores estridentes y elementos decorativos. Se la ve feliz junto a sus flores artificiales, floreros, vajilla, telas satinadas y adornitos de todo tipo donde el rosa chicle domina la escena en la que también aparecen elementos de limpieza, como envases de lavandina transformados en aves con plumas fluorescentes que parecen querer volar más allá de las cenizas del calvario de limpiar y nada más.
“Autogestión del cariño” de Jazmín Giordano.
Ciclo Días de romance: Se trata de dos días de actividades performáticas y proyección de videos con artistas invitadas, generando una acción colectiva alrededor del concepto de amor romántico y los estereotipos de género, y un encuentro de videoartistas mujeres de diferentes regiones.
Performance: 13 de abril, 19 hs.
Proyección de videos, 21 de abril, 20 hs.
La instalación se podrá ver hasta mayo.
Centro Cultural Recoleta, Junín 1930, CABA.