“A ver Larreta, a ver si nos entendemos/los terciarios en la calle, decimos que no queremos/salimos a la calle/ salimos a luchar/los profesorados, no van a cerrar”, fue la consigna que recorrió ayer, de una punta a la otra, la marcha donde miles de estudiantes, docentes, rectores y rectoras de los Institutos de Formación Docente de la Ciudad de Buenos Aires exigieron al gobierno porteño que retire el proyecto de la Universidad Docente de la Ciudad (Unicaba), que implicará el desmantelamiento de 29 establecimientos terciarios y la pérdida de fuentes laborales. La vicepresidenta del Consejo de Educación Superior de Gestión Estatal (Cesge) y rectora del Normal 1, Débora Kozak, dijo a PáginaI12 que “tenemos una crisis de cobertura de docentes en la ciudad muy agudizada en el nivel primario y en el medio, y si se produjera la implementación de la universidad se agudizaría la perdida de docentes para estos niveles y estaríamos en emergencia educativa por muchos años más”.
A las cinco de la tarde, docentes y estudiantes comenzaron a concentrar frente al Palacio Sarmiento, sede de la cartera educativa nacional, en el pasaje Pizzurno. Poco a poco la plazoleta pelada comenzó a llenarse de colores y ritmo estudiantil y combativo.
A las banderas de la Asociación Docente de Enseñanza Media y Superior (Ademys), de el Centro de Estudiantes Terciarios (CET) y de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), las organizaciones convocantes, se sumaron muchas otras: Centro de Estudiantes del Joaquín V. González, del Normal 9, el 7 y el 6, cerca, las Colectivas jardineras y el Instituto Superior de Educación Física Romero Brest. Media hora más tarde, las columnas desbordaban la plazoleta, invadían las calles laterales y se mezclaban.
Minutos antes de que las columnas acomodadas sobre Rodríguez Peña comenzaran a marchar, el Secretario general de Ademys, Jorge Adaro, resumió la situación a este diario: “estamos acá como parte de este proceso de resistencia de estudiantes y docentes contra la creación de la Unicaba que tiene como principal elemento la disolución de los profesorados”, dijo el gremialista, y remarcó que el proyecto presentado en la Legislatura “se enmarca en el plan maestro de (Mauricio) Macri en todo el país, que es el ajuste de las condiciones de trabajo y del sistema educativo”.
Cerca, algunos hacían sonar el hit del verano “MMLPQTP”, mientras otros cambiaban el “a ver Larreta” por “a ver Mauricio, a ver sin nos entendemos...”.
Pasadas las seis de la tarde, la bandera de arrastre de la cabecera de la marcha, que ocupaba todo el ancho de la calle, resumía el propósito de la multitud: “No a la Unicaba. Defendamos nuestros profesorados”. Detrás, rectores, rectoras, docentes, representantes de los centros de estudiantes y gremiales.
Con los primeros pasos de quienes encabezaban la marcha, cuyo destino era el Ministerio de Educación porteño que encabeza Soledad Acuña, volvieron a vibrar las consignas, que encontraron adhesión en más de un transeúnte, que, al paso, corearon hasta desgañitarse.
“Funcionario, funcionario/ no te lo decimos más/ si se cierran los terciarios/ que quilombo se va a armar”. “Vamos a luchar, a luchar/ char, char/ contra el cierre/ de los terciarios/ y la miseria salarial”, cantaban unos y replicaban otros, mientras la columna, que ocupaba varias cuadras, avanzaba hacia la cartera educativa porteña por la avenida Corrientes.
La rectora del Normal 1 recordó que desde que se presentó el proyecto “hemos ido a la Legislatura todos los martes y los jueves a las reuniones de la comisión de Educación para explicar nuestro posicionamiento y fundamentar que hoy se brinda una formación de calidad en los institutos y que no se requiere la desaparición de ninguna de ellos. Y no hablamos de un proyecto nuevo porque tenemos 29 proyectos, por eso reclamamos que se retire la propuesta”, y remarcó que la Unicaba no sólo “implica que aquello docentes que son interinos o suplentes puedan perder su trabajo, sino que nos cambia la pertenencia estatutaria, perdemos todos nuestro derechos adquiridos”.
La marcha que avanzó a paso lento, encontró una alianza inesperada al encarar el cruce de la avenida 9 de julio, donde un grupo de motoqueros que hacían una protesta en el lugar, acompañados por una banda de músicos de ATE (Asociación Trabajadores del Estado), pusieron a rugir sus motos al grito de “unidad de los trabajadores y al que no le gusta, se jode, se jode”.
Mariano Romano, presidente del Centro de Estudiantes del Joaquín V González y referente del CET, recordó que “el proyecto de universidad, que todavía no se tiene idea de en qué va a consistir, se presentó de manera autoritaria y sin consultar a ninguna comunidad educativa”, y señaló que de concretarse “los estudiantes perdemos espacios donde tenemos representación de nuestros claustros para poder tomar decisiones, como son nuestros consejos directivos, elegir autoridades. Además, no está garantizado que nuestros planes de estudio continúen en un futuro porque se estarían reformando”.
Finalmente, las columnas llegaron hasta las puertas de la cartera comandada por Acuña donde se leyeron documentos de la CTE y la Cesge.
Romano resumió la jornada y sostuvo que “fuimos miles de movilizados en defensa de la educación pública, demostrando que no estamos dispuestos a aceptar la imposición de la Ministra. Esto recién empieza. Desde la CET y los centros de estudiantes seguiremos impulsando esta lucha, en articulación con nuestros docentes y los directivos, hasta las últimas consecuencias”.