El encono entre Donald Trump y James Comey, a quien el magnate desplazó el año pasado del FBI, volvió a ventilarse a raíz del adelanto del libro de Comey, Una lealtad mayor, que generó una furiosa respuesta de Trump furioso, quien también calificó al investigador de “mentiroso”.
El ex titular del FBI acusa a Trump de “falta de ética" y de "egocentrismo” y lo describe como un “mentiroso congénito, vacío de emociones y desligado de la verdad”. Incluso afirma que “Trump creó una realidad alternativa en la que intentaba afanosamente envolvernos a todos”.
“Estar con él me traía recuerdos de cuando era fiscal antimafia. El silencioso círculo del consentimiento. El completo control del boss. Los juramentos de lealtad. El mundo del 'nosotros contra ellos'. La mentira permanente al servicio de una lealtad por encima de la moralidad y la verdad”, asegura Comey, quien se cuida de no caer en contradicciones con su declaración ante Senado en junio pasado.
Comey inlcuso recrea, con tono risueño, el momento en que conoció a Trump. Fue el 4 de enero de 2017, dos semanas antes de la asunción presidencial. “Tras una cercana inspección, me pareció que su cabello era todo suyo”, asegura Comey acerca de aquel primer encuentro.
Entre los datos inéditos que abundan en Una lealtad mayor figura el dossier de un ex agente de la inteligencia británica, quien menciona una visita de Trump a Moscú, en la cual mantuvo un encuentro con prostitutas en el Hotel Ritz-Carlton de la capital rusa. Según el testimonio recogido por Comey, Trump les pidió que orinaran en la misma cama en la que había dormido el matrimonio Obama durante una visita de Estado.
“¿Me ve usted acostándome con putas?” fue la respuesta de Trump a Comey cuando este lo consultó acerca de la versión británica, además de agregar que había ido a aquel hotel a cambiarse, no a pasar la noche. “Preferí no decirle que la actividad no requería que pasara la noche en la habitación”, asegura Comey, quien le subrayó al actual mandatario que no estaba siendo investigado. Trump aclaró también que nunca le hubiera pedido a prostitutas que orinaran en su cama porque tiene aversión a los gérmenes, aunque para el entonces jefe del FBI “le molestaba que hubiera un 1 por ciento de posibilidades de que su esposa, Melania, pensara que era verdad”.
Por Twitter Trump aseguró que “James Comey es un filtrador y un mentiroso. Prácticamente todo el mundo en Washington pensaba que debía ser despedido por el trabajo que hizo hasta que, de hecho, fue despedido. Filtró información clasificada, por lo que debería ser perseguido. Mintió al Congreso bajo juramento”. Pero no se quedó ahí. “Es débil y una bola de baba mentirosa que fue, como el tiempo ha demostrado, un terrible director del FBI. Su gestión del caso de La Corrupta Hillary será conocida como una de los peores chapuzas de la historia. ¡Fue un gran honor para mi despedir a James Comey!”, agregó el magnate, quien recordó la investigación del FBI acerca del affaire de los mails de Hillary Clinton, que Trump utilizó a su favor durante la campaña electoral.
“Lo que está ocurriendo no es normal”, afirma Comey sobre lo que sucede en la Casa Blanca mientras el fiscal especial Robert Muellen sigue con la investigación sobre la trama rusa. En su libro, el ex titular del FBI acusa a los republicanos de permanecer “callados mientras un presidente busca sin pudor minar la confianza pública en instituciones legítimas que se establecieron para mantener controlados a nuestros líderes”, y concluye: “Este presidente no es ético, está desvinculado de la verdad y de valores institucionales. Su liderazgo es transaccional, dirigido por el ego y construido sobre la lealtad personal”.