La Justicia condenó a 15 años de prisión al ex empleado judicial Manuel Díaz por abusar sexualmente de su hija menor, durante seis años, en Vera. Es que el tribunal desestimó algunos delitos achacados al imputado para quien la fiscalía solicitó el doble de pena. El veredicto de los jueces Mauricio Martelossi, Claudia Bressán y Leandro Díaz sorprendió al fiscal Leandro Benegas, quien adelantó que apelará el fallo contra el imputado de 54 años. "Estamos sorprendidos con la resolución del tribunal. No compartimos el monto de la pena, ni los delitos que fueron desestimados. Analizaremos los fundamentos", señaló. Si bien consideró que "se le creyó a la víctima que fue abusada cuando tenía nueve años"; no sucedió lo mismo con la denuncia de que fue abusada el 24 de junio de 2015. "En este abuso se encontró ADN del imputado en la ropa de la víctima", protestó el acusador.

El tribunal condenó a Díaz como autor de los delitos de abuso sexual gravemente ultrajante, reiterado, agravado por el vínculo y por ser el autor encargado único de la guarda y cuidado de la menor, y aprovechándose de su situación de convivencia; abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo y por ser el encargado; y desobediencia de una orden judicial. Los tres delitos en concurso real.

Por otra parte, decidió absolverlo de los delitos de corrupción de menores agravada por el vínculo y de abuso sexual con acceso carnal agravado por producir graves daños en la salud física y mental de la víctima, por el vínculo.

A Manuel Díaz la Fiscalía lo había acusado a partir de la denuncia realizada por la madre de la víctima en 2015, por delitos contra la integridad sexual en perjuicio de su hija cometidos durante seis años. La segunda investigación se inició a partir de ilícitos cometidos en la vía pública en julio de 2015, cuando el acusado recuperó su libertad tras haber estado en prisión preventiva. El sábado 20, a las 18.30, Díaz interceptó a su hija en la vía pública, le pidió que levante la denuncia y ante su negativa le manifestó: "Entonces matate". Ese mismo sábado le envió una solicitud de amistad en Facebook. Afectada la víctima, esa noche ingirió medicamentos. Cuatro días después, Díaz siguió a su hija y en un baldío le pegó un puñete, la tomó de la cintura, le tapó la boca, la hizo saltar la cuneta, la tiró al piso -golpeando su cabeza-, la tomó del pelo, la hizo arrodillar boca abajo. Entonces, le bajó la calza y la penetró por ambas vías. Cuando quedó sola, la joven caminó cien metro y cayó inconsciente, desmayada, donde fue encontrada por dos personas que pasaban en automóvil y avisaron a la policía.