PáginaI12 En Brasil
Desde Brasilia
A pesar de estar preso y eventualmente proscripto Luiz Iná- cio Lula da Silva conserva su liderazgo con vistas a las elecciones del 7 de octubre, en las que se impondría con el 31 por ciento, según una encuesta de la consultora Datafolha.
El sondeo publicado ayer por el diario Folha de San Pablo ubicó en segundo lugar, con el 15 por ciento, al capitán retirado del Ejército, Jair Bolsonaro, del Partido Social Liberal, y tercera, con el 10 por ciento, a Marina Silva, la ex ministra de Medio Ambiente de Lula que se postulará por la Red de Sustentabilidad.
Lula retrocedió seis puntos, en la simulación del primer turno electoral, respecto de otra medición de Datafolha realizada en enero.
Pero la ventaja del precandidato del Partido de los Trabajadores (PT) se amplió en un eventual ballottage, a disputarse el 28 de octubre, donde sumaría entre el 46 y 48 por ciento, frente al 32 de Marina Silva y el 31 de Bolsonaro.
En la simulación de la primera vuelta presidencial el cuarto lugar, con ocho puntos, fue para Joaquim Barbosa, un ex juez del Supremo Tribunal Federal que acaba de afiliarse al Partido Socialista Brasileño y en el quinto, con seis, se situó el gobernador de San Pablo, Geraldo Alckmin, del Partido de la Socialdemocracia Brasileña.
Michel Temer, del Movimiento Democrático Brasileño, que ocupa la presidencia desde que derrocó a Dilma Rousseff, sumó el 2 por ciento y detrás suyo, con 1 punto, se ubicó su correligionario Henrique Meirelles, que acaba de renunciar al Ministerio de Hacienda.
La encuesta fue realizada entre el once y el trece de abril, días después de la prisión de Lula que hoy cumple su noveno día en una celda de la Superintendencia Regional de la Policía Federal en Curitiba.
Para el 62 por ciento de los consultados por Datafolha el fundador del PT no podrá disputar su tercer mandato luego de haber sido condenado por el juez Sergio Moro, mentor de Lava Jato, y por los camaristas del Tribunal Regional Federal 4 de Porto Alegre.
Después de haber permanecido dos días atrincherado en el sindicato de Metalúrgicos de San Bernardo do Campo, en el cordón industrial de San Pablo, el sábado 7 de abril el ex gobernante se presentó ante un grupo de agentes federales que lo trasladaron a la sureña Curitiba, el bastión político de Moro.
Allí fue sometido a un régimen de “aislamiento” denunciado por el PT, luego de que una jueza curitibana, probablemente orientada por Moro, prohibió que nueve gobernadores lo visiten el martes pasado.
Ese mismo martes el afamado y partidizado Moro fue uno de los oradores en el Foro de la Libertad, realizado en Porto Alegre, evento que reunió a los principales candidatos derechistas adversarios de Lula.
La prisa de Moro y de los camaristas de segunda instancia por condenar y encerrar a Lula (todo fue en tiempo récord) indicarían la intención de evitar su candidatura.
El próximo paso, del juez de Curitiba y sus socios del Poder Judicial, probablemente será evitar que recupere la libertad para impedirle que haga campaña.
¿Y los datos?
El diario Folha de San Pablo, al igual que otros medios grandes (por su influencia y peso empresarial), sigue una línea editorial antipática a Lula. En la amplia cobertura dada ayer sobre la encuesta, el matutino demostró ser más fiel a su punto de vista ideológico que a los datos.
El diario más vendido de Brasil abrió su edición dominical titulando , “Preso Lula pierde votos. Sin él Marina sube y alcanza a Bolsonaro”. “La prisión del expresidente disminuyó el apoyo del electorado” sentenció la primera línea de la noticia de tapa.
Estas afirmaciones sobre un supuesto eclipse lulista fueron parcialmente desmentidas por el sondeo que registró su potencia política, sea como candidato, sea como elector de un discípulo político en caso de quedar excluido de los comicios.
Aquel lector que no vaya más allá de la primera página posiblemente registró que Lula está prácticamente acabado: no participará en la contienda de octubre y fue abandonado por su público.
Pero quien tome nota de los números de Datafolha llegará a otra conclusión.
Aún en la hipótesis de que no pueda ser candidato, Lula continuará en carrera ya que el 30 por ciento de los entrevistados dijo que votaría a quien sea recomendado por el petista.
Y ésta no sería la primera vez que el ex tornero moldea el resultado sin ser candidato, ya que en 2010 su apoyo catapultó a Dilma Rousseff hacia la presidencia de la República. Y lo mismo ocurriría en 2012 cuando a través de su “dedazo” Fernando Haddad ganó la intendencia de San Pablo.
Anticipándose a Folha, el viernes pasado el diario Estado de San Pablo escribió un artículo igualmente sesgado contra Lula y ajeno a los datos de una encuesta de la agencia Ipsos.
El título de Estado fue, “La mayoría ve a Lula como culpable, el 95% quiere que Lava Jato continúe”.
Si bien Ipsos mostró que el 95 por ciento de los entrevistados espera que Lava Jato siga adelante, los otros números del sondeo desmienten el titular del diario. El 73 por ciento dijo que “los poderosos quieren sacar a Lula de las elecciones”, el 55 por ciento consideró que los jueces realizan una “persecución política” contra el ex gobernante y 52 por ciento opinó que los jueces no juzgan a todos los políticos con igual rigor.