El Servicio Federal de Seguridad Ruso (FSB) aseguró que hasta el momento no hay indicios de que el accidente del avión militar Tu-154, que cayó al Mar Negro con 92 pasajeros el domingo pasado pueda atribuirse a un ataque terrorista o a un sabotaje.

"Las cuatro líneas básicas de investigación son el impacto de un objeto extraño en un motor, combustible de mala calidad que hizo perder empuje o quizá detuvo los motores, un error del piloto o una falla técnica del avión", detallaron las autoridades en un comunicado y agregaron: "No hay indicios o pruebas que lleven a la posibilidad de un ataque terrorista o un sabotaje en vuelo".

Mientras tanto continúan las tareas de recuperación de cuerpos y restos del avión. Once cuerpos ya fueron rescatados por los seis barcos de rescate. También fue encontrado el fuselaje del avión, a 1,7 kilómetros de la costa y a una profundidad de 27 metros, allí podrían estar la mayoría de las víctimas.

"En estos momentos se estudian las posibilidades para izarlo a la superficie", explicó un integrante del operativo. Los primeros datos indican que "el avión ha sufrido muchos daños", agregaron en declaraciones a la agencia de noticias EFE.

El avión había despegado de la ciudad rusa de Sochi con destino a Latakia, en Siria, a las 05.20 (23.20 del sábado en Argentina). Desapareció de los radares y a las 05.40 (23.40) dejó de responder a las comunicaciones, informó el Ministerio de Defensa de Rusia.

Entre los pasajeros viajaban integrantes del área de Defensa, el Coro del Ejército Rojo y periodistas de diferentes medios rusos. El Tu-154 siniestrado fue fabricado en 1983, tenía 6.689 horas de vuelo y su última renovación se hizo en diciembre de 2014.