Daniel Ricciardo culminó ayer un fin de semana de locos en el Gran Premio de Fórmula 1 de China con un apasionante triunfo en el que los Red Bull le robaron el protagonismo a Ferrari y Mercedes. Tras varios adelantamientos en el último tramo de la carrera, el piloto australiano cruzó la meta del circuito de Shanghai por delante de los finlandeses Valtteri Bottas y Kimi Raikkonen, segundo y tercero. Un podio impensable 24 horas antes, cuando el australiano estuvo a punto de no participar en la clasificación por problemas en el motor.
Los grandes favoritos al título, Sebastian Vettel y Lewis Hamilton, tuvieron que ceder el protagonismo. El alemán, que salía desde la pole, acabó octavo con la Ferrari después de que una peligrosa maniobra de Max Verstappen le arruinara sus chances de podio. El británico, por su parte, fue cuarto y acabó con un mal sabor en la boca. “El viernes todo funcionaba, pero desde ayer nada. No tenía suficiente ritmo, el coche no iba bien, no iba fino”, lamentó.
Ganador de las dos primeras carreras del año, Vettel continúa liderando el campeonato de pilotos con 54 puntos, seguido de Hamilton (45), Bottas (40) y Ricciardo (37). “Podía haber acabado en el podio y no he podido. Ha sido una pena”, comentó Vettel, molesto con el intento de adelantamiento de Verstappen.
Ricciardo fue el gran protagonista del fin de semana en Shanghai. El sábado tuvo un problema de motor y sus mecánicos terminaron de arreglar el auto unos minutos antes de la clasificación. “Parece ser que no gano carreras aburridas”, bromeó en el podio el australiano después de la sexta victoria de su trayectoria. “Ha sido inesperado. Hace 24 horas no me habría imaginado estar aquí. Quiero dar las gracias al equipo.”
Partió sexto, pero Red Bull arriesgó con la táctica y la elección de los neumáticos. Además de acertar, el equipo energético se vio beneficiado por la salida de un safety car en la vuelta 31 tras un choque entre los Toro Rosso de Pierre Gasly Brendon Hartley.
Tanto Ricciardo como Verstappen entraron en boxes para cambiar las gomas y el australiano se encontraba en la sexta posición cuando el coche de seguridad abandonó el asfalto. Bottas lideraba entonces la carrera, perseguido por Vettel, Hamilton, Verstappen y Raikkonen. Por detrás de todo ese pelotón, Ricciardo esperaba su momento.
Una arriesgada maniobra de Verstappen y la pericia de Ricciardo decidieron el Gran Premio. Tras superar a Raikkonen, el australiano aprovechó un error de Verstappen –que intentó adelantar a Hamilton– para colocarse cuarto. Rebasó después al Mercedes del británico y también a Vettel. Sólo le quedaba por delante Bottas y se lanzó como una tromba sobre él.
Los Red Bull volaban con los neumáticos frescos y Ricciardo se colocó n la primera posición a falta de 11 vueltas tras un espectacular adelantamiento a Bottas. Sólo quedaba por ver si las gomas le aguantarían. Lo hicieron.
Mientras Ricciardo ponía el espectáculo, Verstappen se convirtió de nuevo en protagonista por sus peligrosas maniobras. El holandés trató de superar a Vettel y acabó tocando la Ferrari del cuádruple campeón del mundo en una curva.Por culpa de ese toque, Vettel cayó a la séptima posición y acabó cruzando la meta octavo, tras verse adelantado en la última vuelta por el McLaren de Fernando Alonso. Una pequeña victoria para el español. De todas maneras, Vettel ya no estaba peleando por la victoria. Esas opciones se habían esfumado prácticamente en la primera entrada en boxes. Bottas había entrado un par de vueltas antes y le ganó la posición al alemán, el gran damnificado del fin de semana en China.