A diferencia de lo que le ocurre a la mayoría de las bandas, el quiebre de La Burrita Cumbión no se produjo en un momento de ostracismo artístico o fracaso comercial, sino todo lo contrario. Es que en plena cresta de la ola que habían decidido surfear (la de los covers de género para fiestas privadas) se preguntaron si era digno alegrarse por un éxito que parecía más prestado que propio. “Un poco por el cansancio de hacer versiones en lugares no siempre felices, y otro poco por una inquietud artística genuina de hacer algo que nos represente y sea nuestro”, explica Juanma, voz cantante y cara visible de un colectivo que goza de tantas influencias como integrantes. El producto de todo lo acumulado es el atendible disco epónimo que presentarán este viernes 20 en Studio Quilmes Garage.
El vocalista venía de compartir con el bajista Omar Amendolara una banda de funk, la acordeonista Yani Reinoso (“la frontgirl de La Burrita”, subraya Juanma) tuvo experiencias en la cumbia y en obras de teatro infantiles, el percusionista Bubu Velardo incursionó en la cumbia sónica y el guitarrista Nacho González Iglesias llegó con la escuela del rock a cuestas. Caminos multiplicados aún más por el baterista Charly Cumbión, la vocalista Flor Astorga y los percusionistas Marcelo Cánepa y Pato Limeres, que completan el combo.
¿Cuál fue el vértice que le dio unidad a esos vectores dispersos? “¡Lo bizarro!”, dice sin titubeos Juanma. “Somos personas muy diferentes en edades, personalidades e intereses, pero creo que ese rasgo es el que mejor nos vincula. A todos nos encanta provocar desde la actitud, la estética y la dialéctica. Así como nos ven en vivo somos en privado, y eso responde a la necesidad visceral de divertirnos para poder divertir. Porque la alegría no se negocia: de lo contrario, nos quedamos en casa viendo Netflix.” La muestra de su sentido de la provocación son los dos videos del disco: en Mandanga enhebran una oda caústica sobre la fiesta y la noche, mientras que en Sonríe se acurrucan en el amor de dos chicas que se besan de cara al mar.
Otro elemento que dinamizó el carácter actual de La Burrita Cumbión fue su constante prédica en Villa Gesell (su “segundo hogar”, aseguran), donde cara verano desembarcan para tocar donde se pueda. Fundamentalmente en El Laberinto, el complejo que administran Jorge Serrano (quien le puso voz al bolero Cobarde) y Ale Costa, vecinos ilustres de una localidad balnearia a la que alegran con sus ya famosos shows en la puerta del lugar. “Ellos nos abrieron la cabeza y nos alentaron a intentar cosas nuevas”, reconoce Juanma. Una gratitud que también se extiende al ex Los Violadores Anel Paz: “Nos hizo grabar este disco muy a nuestro pesar e incluso creyó más en nosotros… ¡que nosotros mismos!”.
La Burrita Cumbión presentará su disco en Buenos Aires después de hacerlo una docena de veces en México, donde fueron ayudados por los Auténticos Decadentes y adonde volverán en octubre. “Fue lo mejor que nos pasó en nuestra corta existencia”, afirma Juanma. Todos los planes próximos redundan en defender sobre tablas su álbum. “Es para bailar, no saben si tanto para escuchar. Representa la necesidad de encontrar alegría en algún lado y el mensaje de que, aunque la realidad que nos rodea no nos guste, la alegría es lo único que nadie te puede robar”.
* Viernes 20 a las 21 en Studio Quilmes Garage, Pasaje 5 de julio 444, San Telmo.