Ante la catarata de críticas de la oposición, la primera ministra Theresa May se defendió ante el Parlamento británico y sostuvo que el ataque coordinado con Estados Unidos y Francia del fin de semana contra objetivos del Ejército sirio fue “legal y necesario” para evitar “más sufrimiento humano”.
La principal crítica que enfrenta May es haber tomado la decisión de atacar militarmente a otro país sin la aprobación del Parlamento, como establece la ley y sin la autorización del Consejo de Seguridad, como requiere el derecho internacional.
May se justificó y afirmó que había suficiente evidencia de que el gobierno sirio de Bashar al Assad estaba detrás del presunto ataque con armas químicas contra la asediada localidad de Duma, una de las pocas en manos rebeldes en los suburbios de Damasco, el sábado 7 de abril pasado.
Grupos de rescatistas y médicos, cercanos a la oposición y vinculados a Estados Unidos y a Turquía, dos rivales del gobierno sirio, acusaron al Ejército sirio de haber lanzado gas de cloro contra la población civil de Duma, con un saldo de 42 muertos y 500 damnificados.
May sostuvo ayer que su gobierno y sus aliados agotaron todas las vías diplomáticas y no hubo otra alternativa que atacar militarmente.
“No se trataba de intervenir en una guerra civil. Y no se trataba de un cambio de régimen. Se trató de un ataque limitado, dirigido y efectivo que buscaba aliviar el sufrimiento del pueblo sirio, debilitando su arsenal químico y disuadiéndolo a usarlo”, explicó.
El líder laborista y jefe de la oposición en el Parlamento, Jeremy Corbyn, calificó la decisión de bombardear bases sirias como “legalmente cuestionable”. Corbyn aseguró que el gobierno de May debe ser “responsable ante el Parlamento y no seguir los caprichos del presidente de los Estados Unidos”.
No bien Corbyn terminó su discurso y se sentó, May se levantó para defenderse. Insistió en que el bombardeo contra Siria respondió al interés nacional de Reino Unido y desmintió que haya tomado la decisión de atacar porque se lo pidió el presidente estadounidense, Donald Trump.
“Siempre tuvimos claro que el gobierno tiene el derecho de actuar rápidamente en aras del interés nacional”, sentenció la premier. “Estoy absolutamente segura de que es responsabilidad del Parlamento responsabilizarme por tales decisiones, pero es mi responsabilidad como primera ministra tomar estas decisiones”, agregó.