El escándalo que envolvió a la Academia Sueca y que provocó la reciente renuncia de cinco de sus integrantes, obligó a los responsables de otorgar los premios Nobel a cambiar el estatuto de la organización que, hasta ahora, solo contemplaba el reemplazo de sus miembros en caso de fallecimiento.

Hoy, el rey Carlos Gustavo XVI anunció que bastará con la renuncia de cualquiera de sus integrantes para que su vacante sea ocupada por otro. "Tengo la intención de complementar el estatuto de la Academia de manera que quede claro que es posible renunciar", aseguró el monarca pocos días después de la renuncia de Katarina Frostenson a raíz de las denuncias contra su pareja, el dramaturgo francés Jean-Claude Arnault, acusado de abusos sexuales y de haber filtrado el nombre del ganador del Nobel de Literatura por lo menos en siete oportunidades. 

Las primeras renuncias se produjeron cuando se discutió un informe externo sobre Arnault, a las que más tarde se sumaron las de su esposa y la de Sara Danius, la secretaria permanente de la Academia, cuya autoridad estaba cuestionada.

"Una de las premisas del derecho sueco e internacional es que cualquier persona que ya no desee ser miembro de una organización debe poder irse. Algo que también debería aplicarse a la Academia Sueca”, adelantó el rey. Además, la nueva reglamentación contemplará que también será reemplazado quien no participe en forma activa de la vida de la institución por un período de dos años.