El Ministerio de Seguridad trasladó ayer a unos 290 detenidos en comisarías de la Unidad Regional II hasta la Unidad Penitenciaria nº 11, con el propósito de liberar las seccionales de la custodia y atención de reclusos que deben estar a cargo del Servicio Penitenciario. Según el ministro Maximiliano Pullaro, Santa Fe pasa a estar mejor que el resto de las provincias en este aspecto. "Nuestra idea es poder tener a toda nuestra policía en la calle trabajando en la prevención del delito, y para eso el Estado debe planificar obra pública carcelaria", dijo en alusión a las ampliaciones concluidas en la prisión situada en la localidad de Piñero.

La postal fue similar ayer por la mañana en las seccionales 18ª, de Francia al 3600, Sub 27ª y Sub 24ª: agentes policiales y penitenciarios escoltaban la hilera de detenidos munidos de un bolso o un atado de ropa, hasta los vehículos que los alojaron finalmente en la UP 11. "De a poco estamos cambiando una ecuación. Cuando comenzó la gestión del Frente Progresista teníamos 2500 presos en comisarías y 2200 en el Servicio Penitenciario. Hoy vamos a tener 5000 dentro del propio Servicio Penitenciario y nos van a quedar muy pocos en comisarías, menos de cien", expuso el titular de la cartera de Seguridad. Pullaro lo atribuyó a "un compromiso de lograr que la mayoría de los presos estuvieran dentro del Servicio Penitenciario, y no en comisarías".

"Estamos trasladando el 80 por ciento de los presos que estaban en comisarías. Es una de las pocas provincias del país que tiene más del 90 por ciento de los presos en el servicio penitenciario", resaltó el funcionario.

El ministro destacó la reciente entrega del nuevo pabellón de la cárcel de Piñero, donde ‑aseguró‑ "los presos tendrán mejores condiciones de alojamiento, más aún cuando se trata de detenciones prolongadas que son inapropiadas en una comisaría". La mudanza de encausados ya tuvo su primero capítulo días atrás en la ciudad de Santa Fe, donde las comisarías de la Unidad Regional I retiraron unos 150 presos.