La empresa Argenti Lemon envió ayer 30 toneladas de limón a Estados Unidos. Se trata de la primera exportación del cítrico a ese destino desde 2001. Ese año los productores de limón de California habían argumentado que el producto argentino tenía una bacteria, lo que les permitió frenar la competencia, al cerrarse las ventas locales hacia Estados Unidos. La acusación se demostró falsa pero no volvieron a abrirse los negocios de exportación, que generaban para el país unos 100 millones de dólares al año. En 2017 el presidente Mauricio Macri se reunió con Donald Trump para revisar la situación. “Es un día muy importante para la enorme familia que mueve este sector de la economía”, dijo Macri, que viajó a Tucumán para presenciar la salida del primer lote de limones destinados a Estados Unidos.
El presidente de la Nación se reunió con empresarios de la mesa citrícola, con quienes comentó la posibilidad de expandir exportaciones a India, Corea y Japón. Por el momento son sólo deseos, sin propuestas de ventas concretas. La situación de los limones no altera la mala performance que registran las economías regionales. La suba de los costos, la caída del consumo en el mercado interno y las dificultades para ampliar mercados en el exterior mantienen en crisis a los sectores que no son los granos y cereales exportables. El rubro biocombustible, uno de los derivados más modernos de la agroindustrial, es otro sector con problemas, por el cierre del mercado norteamericano.