Cecilia dice que “por ahora se las arreglan” en su casa para aguantar los aumentos de luz, gas y agua, que si está en la esquina de las avenidas San Juan y Boedo meta darle a la tapa de una cacerola con un cucharón de madera es “por los que no pueden más ya”. Vive a tres cuadras de esa esquina en donde el ruidazo contra el tarifazo que convocó la Red Nacional de Multisectoriales en diferentes puntos del país como primer paso de un plan de lucha para frenar los aumentos de los servicios tuvo mayor repercusión. Vecinos y vecinas, jóvenes y jubilados llenaron las principales plazas de numerosas ciudades, pero también protestaron en grupos más pequeños o en las esquinas de sus casas. “Es criminal, este Gobierno es criminal”, insistió Graciela desde la misma concentración. El plan de lucha continúa hoy con la marcha de las velas, convocada por diferentes gremios (ver aparte).
Graciela es psicóloga social y asegura que “lo que se ve día a día es que la gente no puede más”, que “este Gobierno es especialista en dejarnos sin oxígeno”, “no pueden seguir así, tienen que parar”. Lleva un cartel amarillo en el que destaca la exigencia que la empujó a la calle “una vez más, porque no es la primera vez que salgo a exigir”. “Abajo el tarifazo criminal”, pide, palabras escritas con fibrones negro y rojo sobre una cartulina que exhibe con los brazos en alto. Cuando no habla con este diario, se engancha en el hit del verano, que no para de sonar sobre San Juan y Boedo, cortadas al tránsito.
El ruidazo contra el tarifazo se sintió en todo el país y superó la convocatoria lanzada el lunes por la Red Nacional de Multisectoriales –que agrupa a colectivos de vecinos, organizaciones sociales y Pymes nacidos en diferentes barrios al calor de la llegada de Cambiemos al gobierno nacional y su política de ajustes y tarifazos–. “La autoconvocatoria siempre sorprende”, apuntó Andrea manzi, referente de la Red en el conurbano.
Desde las 20, el ruidazo popular se sintió, además de en la Capital, en ciudades de Santa Fe, Mendoza, Salta, Misiones, Chaco, Córdoba, San Juan y Tucumán. También en las principales plazas de municipios bonaerenses como Lomas de Zamora, Lanús, Morón, La Matanza y Avellaneda. Para sostener el reclamo de que se dé marcha atrás con los aumentos de tarifas, esta tarde, desde las 19, los gremios marcharán desde Congreso al Obelisco, en lo que bautizaron la “Marcha de las Velas”.
El plan de lucha complementa las iniciativas que batallan en el Congreso por instalar la discusión sobre los aumentos en los servicios públicos aplicados por el gobierno de Mauricio Macri y que ayer sufrió un revés, al no lograr quórum para el debate por un voto.
“Sabía del ruidazo y tenía ganas de venir, pero después del papelón de hoy en el Congreso más ganas me dieron. No se pueden seguir riendo en la cara de nosotros así”, confiesa Cecilia. Lito es vecino y está enojado. Trata al gobierno de “cipayo” y le exige que “pare la mano dura que le está dedicando al pueblo y a los laburantes”. “Que no gobiernen más para ellos, para los ricos, basta”, remarca antes de volver a la ronda de saltos y golpes de cacerola. Hay unos cinco policías que se encargan de desviar el tránsito que baja por San Juan, pero son los vecinos y las vecinas los que más disfrutan de la tarea, invitando a los conductores a sumarse a la protesta. Algunos acompañan con bocinazos; otros se lamentan por el “caos” de tránsito”.
En el Obelisco la convocatoria es un poco menor, pero el tenor de la protesta es similar. ¿Consideran que el ruidazo cumplirá con su objetivo de frenar los tarifazos? Ana María no tiene demasiada esperanza en que el Gobierno cambie de postura al ver a los ciudadanos y ciudadanas protestar. “Lo que hacen lo hacen conscientemente. Vinieron a esto, a apretarnos y a gobernar para sus amigos. Mal no les sale nada. La pena que más me agobia es la que me despiertan los vecinos de esta ciudad que votaron a favor de estos tipos y en contra de sus propios intereses”, explica. Como ella, Nidia es jubilada. A falta de objetos con los que expresar su bronca, se cubre con una bandera argentina que dice en letras grandes “jubilados en marcha”. “¿Sabés de qué vivo yo?”, pregunta, “de la pesada herencia de la que estos se quejan. Sin lo poco que pude ahorrar la década pasada estaría en la calle pidiendo comida”.
Teresa y Elba completan el grupo de jubiladas que se acercaron al ícono porteño para protestar por los aumentos de luz, gas, agua “y transporte, que quizá nosotras no suframos tanto porque ya no tenemos que salir a trabajar, pero sí afecta a nuestros hijos y nietos”, aclara Teresa. Elba tiene un “departamento chiquito” en el que pasó “muerta de calor” el verano “por miedo a prender el aire y que la factura de luz se dispare”. Asistió al ruidazo “por lo que va a venir”, sobre lo que reflexiona: “¿Hasta cuándo vamos a seguir así? Nadie quiere deber plata por los servicios que utiliza, pero cuando pagar la factura de la luz nos deje sin poder comprar comida, cuando tengamos que elegir entre pagar el gas o comer, yo voy a elegir comer”.