Uno de los dos detenidos por el crimen del colectivero se declaró inocente y dijo que los asesinos fueron dos hombres de nacionalidad paraguaya que viven en el mismo barrio de Virrey del Pino, en La Matanza.
Se trata de Jonathan Acevedo (18), quien declaró ante la Justicia que fue el otro detenido, alias “Rodolfito”, quien le contó “al oído” y en el calabozo que los asesinos de Leandro Alcaraz (26) habían sido “los paraguayos del fondo”.
Acevedo relató que el domingo alrededor de las 16.30 se encontraba sentado en la puerta de su casa junto a dos amigos, cuando llegó “Rodolfito” y éste le contó que “dos paraguayos” habían baleado a un chofer de colectivos. Por este motivo, se dirigió junto a sus tres amigos y su madre a la plaza de San Pedro de la localidad bonaerense de Virrey del Pino, donde ocurrió el hecho, pero que se retiraron porque los vecinos no los quieren en el lugar “porque hacen junta”.
El imputado declaró que a la 1 del lunes, policías le patearon la puerta de la casa y lo llevaron detenido a la comisaría de Virrey del Pino, donde estuvo hasta las 8 de la mañana, cuando fue liberado y volvió a su hogar a dormir. Según consta en su declaración, durante las horas que estuvo detenido los policías le decían a Acevedo que había sido el culpable del crimen y le sacaron muchas fotos, al tiempo que en su casa durante el allanamiento no encontraron ningún elemento incriminatorio.
En su relato, Acevedo contó que a las 16 de ese mismo lunes fue despertado por su hermana, quien le dijo que fotos suyas y de “Rodolfito” se habían viralizado en redes sociales, donde los señalaban como los autores del asesinato de Alcaraz.
Por este motivo, la madre de Acevedo se comunicó con la mamá del otro acusado para presentarse de manera conjunta en la comisaría y enterarse de lo que “estaba ocurriendo”, pero que al dirigirse en remis fueron interceptados por la Policía y aprehendidos de inmediato.
El imputado declaró que una vez en la comisaría, “Rodolfito” le contó al oído que los asesinos del colectivero eran “los paraguayos del fondo”, a los que “conocen de vista, pero no sus nombres”. Acevedo dijo que uno de ellos tiene alrededor de 30 años, “1,75 de altura, tez blanca, cabello con rulos de color medio rojo” y que al otro “no lo conoce”.
El imputado prosiguió diciendo que “Rodolfito” le indicó donde vivían los “paraguayos” pero como era conocido por ellos, fue Acevedo quien junto a los policías fue hacia sus viviendas y lograron apresar al que anteriormente había descripto. Según el detenido, al volver a la comisaría lo volvieron a juntar con “Rodolfito” en una misma habitación, donde fueron esposados, les dijeron que “no los iban a soltar” y los llevaron a los “calabozos”, mientras que al “paraguayo” aprehendido lo perdió de vista y luego lo vio “salir”.
Por su parte, la viuda de Leandro Alcaraz, dijo que no confía en la Justicia y que tiene “miedo” de que el detenido menor de edad sea liberado.
“Tengo miedo por la vida de cualquiera. Yo quiero que lo que le pasó a mi hija no le pase a nadie”, dijo la mujer y en ese sentido contó: “Mi hija dice que su papá se fue con el colectivo al cielo.”
Según Jésica, el domingo pasado, Leandro “se fue a trabajar como siempre”, aunque con algo de “fiaca” porque había jugado al fútbol.