Qué hacer con los residuos domésticos es un interrogante que se viene planteando la humanidad desde que construyó viviendas, se hizo sedentaria y empezó a generar desperdicios. Desde entonces y hasta la actualidad, la basura es un problema para la sociedad y para el medio ambiente.
A lo largo de la historia, las autoridades tuvieron varios intentos de ordenar la disposición y el procesamiento de los residuos y debieron enfrentarse a la indiferencia de los ciudadanos, las dificultades para encontrar técnicas apropiadas de manejo de los residuos y la necesidad de invertir una gran parte de los impuestos para encontrar una solución.
Según un estudio de alumnos de la Facultad de Agronomía de la UBA, la enorme producción de residuos domésticos en las grandes ciudades conforma una de las preocupaciones ambientales más importantes de la sociedad actual. Esa preocupación no sólo se origina en la necesidad de encontrar sitios apropiados, cada vez más escasos, donde depositarlos, sino también de reducir el consumo de recursos naturales usados para envases y otros propósitos.
En este contexto se trabaja internacionalmente bajo el concepto de Basura Cero. “Este concepto busca hacer frente a la problemática de los residuos de manera integral, holística y sistémica. Es un concepto que enfatiza y pone sus esfuerzos en estrategias preventivas por sobre las estrategias de gestión y mitigación, lo que lo hace tan eficiente, si es implementado de manera correcta. Por otra parte, el carácter social que posee lo hace único y se diferencia de proyectos únicamente enfocados en la gestión de residuos y el lucro que puede obtenerse de ellos”, explicó a este diario Macarena Guajardo Mavroski, directora ejecutiva de la Fundación Basura de Chile.
Mavroski destacó que la Argentina tenga una ley específica y consideró que modificarla sería “lamentable” porque generaría una serie de impactos “irreversibles para el ecosistema y los objetivos socio ambientales”.
“Permitir la instalación de cualquier tipo de infraestructura de quema de basura en cualquiera de sus tipologías (pirólisis, gasificación, incineración, coprocesamiento, etc) significa seguir avalando e inclusive subvencionando el ciclo de producción y consumo lineal que nos tiene con un sobregiro ecológico sin precedentes”, afirmó.