En Avellaneda, Independiente perdió 1-0 ante Corinthians, en la tercera fecha del Grupo G de la Copa Libertadores. La derrota complicó las chances del Rey de Copas, que necesitaba una victoria para encaminar su avance a los octavos de final, un objetivo que ahora se le hará más complicado porque le quedan duros cotejos en Brasil (la revancha del partido de anoche) y en Colombia (la vuelta frente a Millonarios, al que derrotó 1-0). El restante rival es Deportivo Lara, al que recibirá en el Libertadores de América.
El local asumió el protagonismo en el inicio y tomó el control del trámite a favor de la presión alta y el desdoblamiento de Bustos por derecha y de Silva por izquierda. Precisamente el lateral zurdo uruguayo produjo el primer lance ofensivo del Rojo, con un zurdazo que Cássio atrapó sin dar rebote.
El trabajo por las bandas marcaba las diferencias a favor de Independiente, porque a lo que hacían los marcadores de punta se sumaba –aunque con demasiadas intermitencias– Verón y Menéndez, bien buscados por Gaibor. Mientras, Corinthians se agrupaba en su campo, agazapado para contragolpear vía Rodriguinho. Con esa estrategia, el conjunto brasileño frenó el vértigo que el equipo de Holan suele imprimirle a sus movimientos en ataque. Así el partido fue achatándose y hubo que esperar hasta los 18 minutos para una ocasión clara de gol. Domingo la cedió a Benítez, quien lo puso a correr a Romero, que superó a su marcador y sacó un zurdazo cruzado que se fue cerca. Minutos después, la chance fue de Rodriguinho, que finalizó un contragolpe a las espaldas de Bustos con un remate que se desvió en Figal y se fue al corner. Respondió el Rojo con Verón, quien encaró a su marcador y al entrar al áreas remató de zurda. El disparó dio en un brasileño y Cássio salvó la caída de su arco con su pierna izquierda.
Se acentuó el ida y vuelta. Pero el adelantamiento masivo de Independiente favoreció a Corinthians, que tuvo el gol a los 34 minutos en un gran contraataque iniciado por Rodriguinho, que habilitó la corrida de Romero. El remate del paraguayo fue bien controlado por Campaña.
La paridad que fue el signo saliente de la primera etapa tuvo continuidad en el complemento. Holan le dio minutos a Meza, pero tuvo que sacar a Benítez. Entonces no pudo recrear la sociedad que viene siendo la usina creativa del local en buena parte del exitoso ciclo que comanda este cuerpo técnico. Así las esperanzas de provocar desequilibrio en una defensa experimentada se redujeron a las subidas y los centros de Bustos y de Silva.
El camino que no encontró el local para romper la paridad lo halló la visita, en un centro que cabeceó Jádson y que Campaña no pudo sacar. El resultado en contra desesperó a Independiente, que tuvo el empate en los pies de Gaibor, aunque el árbitro uruguayo lo anuló por un offside que no fue. El empate hubiera puesto justicia en un partido que transcurrió bajo el signo de la paridad.