“No mires al público” le ordenó Fernando Nalé a Emanuel Sáenz cuando tocó con el Indio Solari en Tandil hace un par de años: “Con mi banda anterior, Buenos Aires Karma, yo siempre toqué para 100, 150 personas y la verdad es que no estaba preparado para tocar para 200.000 personas. Es el cielo en el piso, es como una constelación alfombra”, analiza aún perplejo Emanuel Sáenz, guitarrista, cantante y compositor, que en estos días está presentando a Tamboor, un nuevo proyecto que lo encuentra asumiendo el rol de frontman: “Tal vez era una cuenta pendiente porque en Buenos Aires Karma compartíamos ese rol con Martín Passano. Separar la banda fue la decisión más fuerte que tomé en mi vida, fue durísimo. Tambor era mi apodo desde chiquito, como que siempre fui para adelante, incluso a veces como la imagen de la tapa que está yendo al muere. Pensé en ponerme mi nombre, pero el Indio me recomendó que me pusiera un nombre artístico. Me dijo: ‘no sos un futbolista’”.
Como el propio Emanuel admite, todo arrancó con el romance con la guitarra: “A los 13 empecé a escuchar Rage Against The Machine, Guns & Roses y Oasis. Y creo que mi estilo se moldeó escuchando a Tom Morello, Slash y Noel Gallagher: riffs, rock y canciones beatlescas”.
Con una sugestiva tapa hecha por Pablo Serafín y producción artística de Guillermo Porro (“el productor con buen olor”) el talento cancionero de Sáenz y la capacidad para manejar matices extremos de la banda (que completan los exB.A.K., Juan Carlos Ruiz y Gregorio Martínez, en batería y bajo, Gabriel Gasloli en guitarra y Héctor Barone en teclados) se suceden en las 10 canciones fuertes y sensibles de Tamboor, el disco.
Por ahí aparece en Súper tribu la voz del Indio Solari en un sorprendente recitado “a lo Vincent Price”: “Me dijo que lo hacía porque le gustó el tema, pero que no le gustan los recitados. Sacó del iPad una aplicación en la que aparece un globo terráqueo y un montón de radios de todo el mundo: agarramos unas radios de Kazajistán y quedó como si fuera una radio clandestina. Lo conozco desde los 9 años –su papá, Julio Sáez tocó la guitarra en el primer disco del Solari– y tuve la fortuna de poder estar en la cocina de varios de sus discos”.
Más allá de la conexión con el Indio, el responsable de que se animara a cantar (y a mirar al público más allá de la cantidad) es Leo García: “Siempre me consideré un guitarrista que cantaba hasta que empecé a tocar con Leo en el 2012 y descubrí otra faceta en mí que estaba oculta: yo lo veía ensayar y él tiene una manera de interpretar que es sublime. Eso me llevo a aprender de él y creérmela”. Ema grabó y co-compuso en el disco de Leo, Algo real, y a su vez Leo produjo El gran ruido, último disco de B.A.K. Esa experiencia se nutre con su idiosincrasia de hijo del Oeste: “En el Oeste quizás no hay tanta búsqueda de la vanguardia, sino rock puro y directo, canciones hechas y derechas. Pero Donde muere el tiempo (primer tema del disco) lo hice con el iPad y es el que más me gusta. A veces está bueno con componer con tu instrumento y salir de tu zona de confort”.
Tamboor toca hoy a las 20 en La Tangente, Honduras 5317.