La querella por la muerte del adolescente Brandon Cardozo, durante los festejos del año nuevo de 2016, en Centenario y Entre Ríos, logró que la Justicia caratule el caso como homicidio agravado por la función de policía del agente acusado. Es que Emiliano G. estaba de franco la noche del hecho, cuando dijo haber intentado frenar disturbios con disparos al aire. Fiscalía apuntaba a la figura de homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego. "No hay elemento más simbólico de la autoridad policial que el arma", dijeron los abogados de la Asamblea por los Derechos de la Niñez y la Juventud, querellantes por la familia Cardozo (foto) para dar por tierra con el planteo de la fiscal Marisol Fabbro acerca de que el agente no estaba uniformado. Por eso ella había pedido pena de 24 años de cárcel por homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego. La querella puso el acento en la función del acusado y, por lo tanto, en que la pena debe ser de prisión perpetua. "No es una persona común, sino que tiene responsabilidades", dijo el abogado Salvador Vera. Caterina consideró que un policía "no puede tener una conducta despreocupada y desprejuiciada en relación a la portación del arma. Se abusa cuando se porta con despreocupación", dijo. Aquella noche, los testigos contaron que en medio del festejo el policía sacó su arma y disparó siete veces. Él dijo que fue para disuadir un tumulto y acusó a otro agente, que es testigo en el juicio que viene.
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