La jornada de ayer en el Congreso para hablar de aborto, fue copada por profesionales de la Salud de Rosario. Además del director de Salud Sexual y Reproductiva de la Municipalidad, Daniel Teppaz, médicas y un enfermero docentes de la primera Cátedra por el Derechos al Aborto que se cursa en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario, expuso su titular, la doctora Raquel Tizziani. "Cmo especialista pude ver la realidad de las mujeres que concurrían al servicio de emergencia con hemorragias, abortos incompletos y complicaciones por abortos inseguros, provocados por sondas y maniobras instrumentales criminales", dijo en su ponencia.

"En una de mis guardias, atendí a una mujer muy joven. Tenía una hija pequeña y estaba con un cuadro de sepsis por un aborto inseguro. No pudimos salvar su vida, a pesar de los antibióticos, la histerectomía y los cuidados intensivos. No recuerdo su nombre, pero sí su cara y la sensación de impotencia que me marcaron profundamente", relató.

"Hoy trabajo en el equipo de salud sexual y reproductiva de un hospital municipal, donde garantizamos el acceso de las mujeres a la Interrupción Legal del Embarazo gracias a la política pública que lleva adelante la Municipalidad de Rosario con varias dificultades derivadas de la penalización del aborto", agregó.

"Frente a esta realidad, a principio de 2016, presentamos el proyecto pedagógico denominado 'El aborto como problema de salud', que se aprobó en el Consejo Directivo de Medicina convirtiéndose en la primera materia curricular del país que aborda el aborto como un problema de salud, de derecho y de justicia social".

Al mencionar a las casi 50 mujeres que mueren al año por abortos inseguros, recordó que la última fue María Campos, de 37 años, madre de cinco niñas y un varón, a causa de un aborto inseguro provocado en Santiago del Estero, que aún no adhirió al Protocolo Nacional y que tampoco garantizó el acceso de esta mujer a un método anticonceptivo eficaz. "Esta muerte -dijo Tizziani- y todas las muertes de las mujeres por abortos inseguros son responsabilidad del Estado y es el momento de cambiar esta situación".

Y agregó: "Las mujeres somos personas, y estamos hartas de ser consideradas objetos para un fin. Se nos invisibiliza y se nos despoja de nuestro derecho a decidir en casi todas las instancias en las que se ponen en juego nuestros derechos sexuales. La ilegalidad del aborto no modifica la decisión de una mujer de interrumpir un embarazo, sólo genera desigualdad".