El jefe del Ejército de Brasil, general Eduardo Villas Boas, afirmó ayer que los militares no pueden ser indiferentes frente a lo que denominó las amenazas a la democracia: la banalización de la corrupción y la impunidad. Luego sostuvo que el país debe unirse después de las elecciones de octubre próximo.

“No podemos ser indiferentes a los 60.000 homicidios anuales, a la banalización de la corrupción, a la impunidad, a la inseguridad vinculada al crecimiento del crimen organizado, a la ideologización de los problemas nacionales”, dijo en su mensaje Villas Boas, quien se moviliza en silla de ruedas a raíz de una enfermedad degenerativa. El jefe del Ejército ofreció el discurso, leído por un oficial, en su primer pronunciamiento luego del revuelo que generaron sus declaraciones por Twitter acerca de que el Ejército no aceptaba impunidad. Además, había afirmado: “El ejército se mantiene atento a sus misiones institucionales”, sin detallar, específicamente a qué misiones se refería. Sin embargo, como el militar había publicado esos tuits apenas unas horas antes de que la corte suprema decidiera si dejaba libre o encarcelaba al ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, sus dichos se interpretaron como un intento de presión sobre la Justicia. En aquella oportunidad, el Palacio de Planato no quiso comentar nada al respecto.

En el mensaje de Villas Boas, llamado Orden del Día, durante la celebración en Brasilia del Día del Ejército, el general afirmó que estos problemas citados anteriormente son las reales amenazas a la democracia y contra las cuales, según dijo, los brasileños necesitan unirse efectivamente, para que aquellas no retrasen el crecimiento y perjudiquen la estabilidad.

“El momento –pidió con tintes políticos– requiere equilibrio, conciliación, respeto, ponderación y mucho trabajo. En las elecciones que se aproximan será tarea de la población elegir de forma libre, legítima y transparente la voluntad nacional. Definido el resultado de la disputa, unámonos como Nación, será un camino para sumar valores”.

La ceremonia se realizó en el cuartel general del Ejército en la capital, donde fueron condecorados dos ministros de la corte suprema que le negaron el hábeas corpus a Lula, Alexandre de Moraes y Luis Roberto Barroso, además del director de la policía federal, Rogerio Galloro. El año pasado los condecorados habían sido el juez Sérgio Moro, responsable por la Operación Lava Jato, y el presidente Temer.

En el discurso, el militar se refirió, a su vez, al presupuesto apretado y los bajos salarios que está manejando el Ejército. “Nuestra fuerza camina en medio de dificultades y desafíos, entre los cuales están un presupuesto que está por debajo de los imperativos de sus misiones y el desfase salarial de sus soldados en relación a las demás carteras del Estado, obstáculos que no desvían a los militares del propósito de estar, exclusivamente, dedicados y listos para defender la Patria ¡y nuestra Patria necesita ser defendida!” exclamó Villas Boas y agregó: “El Ejército de hoy renueva diariamente su compromiso de defender, desde siempre, la soberanía y la libertad.”

Durante el acto, al lado de Villas Boas se encontraba el presidente, Michel Temer, denunciado por corrupción por la fiscalía general y, también, representantes de los otros poderes. Tanto el mandatario como el general destacaron la actuación del Ejército en la intervención militar para hacerse cargo de la seguridad pública del estado de Río de Janeiro y la calificaron como estando dentro de la Constitución.