El caso de las dos mujeres que se besaban en Constitución y fueron atacadas por la policía escribió un nuevo capítulo. El procesamiento de una de ellas tiene la causa elevada a juicio con un agregado del que la pareja se enteró ayer: la jueza María Dolores Fontbona de Pombo autorizó la posibilidad de un allanamiento por un embargo de 30 mil pesos.
La historia de la causa contra Mariana Gómez comenzó el 2 de octubre pasado mientras se besaba con su esposa, Rocío Girat, en la terminal de subtes de Constitución. Dos policías violentaron a la pareja por el hecho. Mariana fue detenida varias horas y acusada de desacato a la autoridad (los policías alegaron que fumaba en un lugar prohibido) y lesiones graves. La jueza dio por probado que Mariana golpeó a uno de los policías, sin considerar otro testimonio que el de los oficiales.
Rocío Girat contó a PáginaI12 que al ir a notificarse de la elevación a juicio por parte de la jueza Fontbona de Pombo, se encontraron con el pedido de embargo de 30 mil pesos y la amenaza latente de que en cualquier momento les caiga un allanamiento. “La jueza firmó eso el 11 de abril y nunca nos notificaron del posible allanamiento. Mariana fue a notificarse por la elevación a juicio y se encontró con eso”, contó Rocío.
El allanamiento puede ocurrir en cualquier momento. “No vivimos solas, estamos con mis abuelos, que son dos personas mayores de 80 años”, remarcó Rocío, quien destacó la inquina del aparato judicial en esta causa. El embargo es para afrontar las costas del proceso y se avala un allanamiento “con uso de la fuerza pública en caso necesario”.
El 9 de marzo, un día después del paro de mujeres del 8M, la Cámara de Apelaciones en lo Criminal y Correccional porteña rechazó un recurso de amparo de Mariana. “La jueza no me permitió declarar y nos ataca”, estimó la pareja de la procesada ante el panorama de una causa que prevé de cuatro a ocho años de cárcel. Por el caso hubo, como reacción, un “besazo” en la estación Boedo de la línea E de subte, adonde habían llevado arrestada a Gómez. La medida de protesta se repitió hace dos meses cuando se confirmó el procesamiento.
Respecto de la saña que denuncian en el accionar de la jueza, Rocío Girat dice que “se apoyó en el testimonio de los policías y en el mío o en los otros testigos”. Ahora resta esperar el sorteo del tribunal para el juicio. “Allí van a poder considerar las pruebas y testigos que la jueza Fontbona de Pombo no aceptó”, asegura la esposa de la procesada.