El ministro del Interior, Rogelio Frigerio, es una figura central del gobierno en las negociaciones con la oposición legislativa y con los gobernadores peronistas. Encabeza el ala “política” del gabinete de Mauricio Macri, a diferencia del grupo de los CEOs y los cuadros “técnicos”. En un día caliente por la sorpresiva salida del ministro de Hacienda, Alfonso Prat Gay, Frigerio recibe a PáginaI12 en su despacho de la Casa Rosada. Asegura que no habrá cambios en el “gradualismo” de la política económica y ratifica la necesidad de “ampliar la base de sustentación” de Cambiemos de cara a las elecciones de 2017. “En esta administración es mucho más importante el equipo que las individualidades”, dice sobre la salida del ex economista de la JP Morgan.
–¿Cómo se entiende la salida de un ministro importante como Alfonso Prat Gay a menos de un mes de que el presidente le pusiera un ocho a la gestión de Gobierno?
–Estamos en este año cambiando muchas cosas en Argentina y una de esas es la importancia de trabajar en equipo. En consecuencia, en esta administración es mucho más importante el equipo que las individualidades. Eso es algo novedoso en la política argentina. Decisiones como esta, en general, eran mucho más disruptivas en el pasado de lo que pueden ser en un gobierno que le da mucho más relevancia al conjunto que a las partes. La apreciación que hizo el presidente sobre su Gobierno tenía que ver el conjunto y no con la individualidad.
–¿Eso quiere decir que a Prat- Gay le costaba trabajar en equipo?
–Esa es una apreciación que tiene que hacer el Presidente. No me corresponde.
–¿Prat-Gay pensaba en un esquema tradicional de ministro de Economía o de un Superministro y ese fue el motivo de su salida o hubo diferencias sobre la política económica?
–Está claro que ahora no hay un ministro de Economía sino un gabinete donde muchos ministros tenemos que ver con el tema económico. Así que evidentemente no hay un problema sobre las políticas, sino una visión acerca de la posibilidad de rediseñar las distintas estructuras. De hecho se genera la división del ministerio de Hacienda y Finanzas en dos para fortalecer que la decisión estuvo basada en una cuestión de mejorar los procesos.
–Hay cierta tensión entre una visión más gradualista y otra más de “shock”. ¿La salida de Prat- Gay implica un cambio hacia una postura más dura?
–Dentro del gobierno nunca hubo esa discusión. Habida cuenta de lo que heredamos no creemos que hay una opción al gradualismo. Cuando vos heredas uno de los déficit fiscales más altos de la historia, una situación social tremendamente dificil, una de las inflaciones también más altas de la historia durante más tiempo, casi una década de alta inflación. Una presión impositiva altísima. No podes hacer modificaciones de un día para el otro. Tenés que apostar al gradualismo, que implica primero tener una visión permanente y políticas públicas sobre los sectores más vulnerables de la sociedad. Segundo, ir hacia un sendero de equilibrio fiscal porque no es sostenible esta situación. Y en el ínterin apostar a la recuperación de una economía que también lleva demasiado tiempo estancada. Nunca pusimos en duda el gradualismo.
–En declaraciones anteriores a su nombramiento, Dujovne planteó que de 2003 a 2015 había crecido mucho el empleo público en función del aumento en la cantidad de habitantes. ¿Usted cree que hay que achicar el Estado?
–Hay una realidad: en los últimos 10 años, el empleo público en los distintos niveles de gobierno se duplicó. No creo que la gente perciba que la calidad y cantidad de los bienes y servicios públicos se haya duplicado. Evidentemente hoy en día no hay margen para hacer ninguna modificación. Lo que tenés que hacer es hacer crecer al sector privado. El empleo productivo está estancado hace muchísimos años. Tiene que crecer el empleo privado y de la mano del crecimiento de la economía y la inversión y eso en el tiempo ir resolviendo esta situación en la cual en la economía de los últimos años lo único que creció fue el empleo público. Ese es uno de los tantos problemas de la Economía. Uno de los grandes desafíos nuestros disminuir el déficit fiscal, disminuir la presión impositiva, generar mayor presencia real del Estado. No es fácil, pero nosotros creemos que es posible.
–¿Qué impresión le quedó de Sergio Massa después de aquella negociación que mantuvo, sushi de por medio, luego de que otros funcionarios lo calificaran como un “impostor”?
–A nosotros nos sorprendió la actitud de Massa y el Frente Renovador de acordar con el kirchnerismo una ley que dinamitaba el presupuesto que se había votado casi por unanimidad unas semanas atrás. Esas calificaciones fueron la reacción a esa sorpresa. Por suerte pudimos convertir una muy mala noticia y señal, sobretodo para la inversiones, en una buena en donde primó la racionalidad, la sensatez, la responsabilidad y no la demagogia y el populismo como había ocurrido con la media sanción de Diputados.
–¿Hoy a Massa lo consideran un dirigente político confiable?
–Rescato que al final del día, el Frente Renovador recapacitó y terminó sumándose a la mayoría de la clase dirigente del país que apostó a la gobernabilidad y a la responsabilidad y a la puesta en valor del presupuesto.
–¿Está saldado el debate que inició Emilio Monzó sobre la posibilidad de incorporar sectores del peronismo a Cambiemos?
–No hay un debate. El PRO y Cambiemos tienen en su ADN muchos dirigentes peronistas. Nosotros no somos un espacio antiperonista. Muchos dirigentes que ocupan cargos relevantes en el PRO y en Cambiemos tienen origen en el peronismo. Hay que ser muy generoso para ampliar la base de sustentación política de Cambiemos, que es un espacio que hay que privilegiar y solidificar. Consolidar nuestro espacio político no es contradictorio con ampliar la base de sustentación política de Cambiemos y del gobierno. Somos el primer gobierno en democracia que tiene minoría política en ambas Cámaras y solamente 5 gobernadores sobre 24. No hay antecedente de construir gobernabilidad en esta coyuntura de relación de fuerzas políticas.
–¿La ven a Elisa Carrió como candidata el año que viene? ¿Qué peso tiene su enfrentamiento con el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti y con el de Boca Juniors, Daniel Angelici?
–Este es un espacio político amplio donde no hay uniformidad de criterio, ni de pensamiento. Hay heterogeneidad y eso también enriquece las políticas públicas que llevamos adelante. No veo un problema. Carrió si quiere ser candidata va a ser candidata.
–Macri dijo en 2015 que si llegaba a perder en Capital no se hubiera presentado como candidato a presidente. ¿Qué pasa si Cambiemos no gana la elección en 2017?
–Es una elección importante. Creo que Cambiemos tiene, sobretodo si podemos lograr que la economía consolide la recuperación y consolidar también la baja de la inflación, grandes chances de ganar. Pero nosotros tenemos cuatro años de Gobierno, tres años por delante y vamos a seguir en este camino.
–La reforma política había sido una importante iniciativa para el Gobierno y su ministerio estuvo a cargo de impulsarla. Finalmente no se logró. ¿Van a insistir el año que viene?
–Nosotros vamos a insistir. Creemos que la argentina se merece un debate acerca de la reforma política. Son inevitables los cambios en la forma en la que votamos los argentinos. Si esos cambios no surgen de la Nación hacia las provincias, van a venir de las provincias a la Nación. Ese proceso se va a seguir dando. Y por eso entendemos que es una demanda de la ciudadanía, tarde o temprano los argentinos vamos a votar de otra manera, más confiable, más segura, más ágil. No hay que tenerle miedo a la tecnología.
–¿No le está generando un costo político muy alto al gobierno nacional sostener la prisión preventiva de Milagro Sala y la posición que tiene el gobernador Gerardo Morales?
–Acá también tenemos que hacer un cambio en la cultura de pensamiento de los últimos años. Nos hemos acostumbrado a un Poder Ejecutivo que le daba órdenes a la Justicia. Eso se terminó. En este sentido, lo que pasa en Jujuy es decisión de la Justicia, no del Poder Ejecutivo. Y creo que muchas veces hacemos análisis sobre la realidad política de la argentina con una visión muy centralista. En Jujuy se había generado un Estado paralelo, violento, extorsionador. Aquellos que tenemos la posibilidad de recorrer el país y conocer las cosas de primera mano lo sabemos. Independientemente de eso, los que tienen que detenerminar la culpabilidad de Milagro Sala en este caso no son los políticos. Es la Justicia la que tiene que determinar si hay peligro o no de liberarla sin que eso entorpezca el procedimiento judicial.
–Lo que dicen la ONU, la CIDH y la OEA es que la cuestión del federalismo o la división de poderes no quita la responsabilidad del Estado nacional sobre la detención que consideraron “arbitraria”...
–La ONU hizo un planteo y el Estado nacional los invitó a que también conozcan de primera mano, sin que nadie se los cuente, todo el proceso judicial de este caso, las condiciones de detención y toda la historia atrás de lo que ocurrió. Esperamos que vengan a Jujuy para que vean de primera mano lo que está pasando con Milagro Sala y que no se la cuenten. Que puedan tomar mejor su análisis y no a través de comentarios que reciben a la distancia en Washington.
–Pero el Grupo de Trabajo de la ONU ya dio su determinación final. Escuchó al Estado argentino, a las partes y resolvió que fue una detención arbitraria. Dijo que si viene a la argentina es para ver cómo se cumple con lo que dijeron, no a revisar su decisión.
–No es estrictamente mi área. Insisto en que espero que vengan y conozcan lo que ocurrió en Jujuy y en muchos lugares de la argentina. Yo soy ministro de Obras Públicas y he visto en el caso de las viviendas Jujuy muchas situaciones poco claras que por supuesto hemos derivado a la oficina anticorrupción.