El presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, y el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, expusieron ayer en Washington en el congreso financiero del G-20. El equipo económico buscó transmitir tranquilidad sobre la Argentina, al destacar el crecimiento de los últimos meses y el gradualismo fiscal. No logró esquivar el problema de precios y se repitió el discurso ofrecido en el mercado interno: la inflación bajó más lento de lo que pensaban pero la tendencia es positiva. La Argentina, pese a las declaraciones de los funcionarios, empieza a ser vista con preocupación entre los inversores globales por el aumento de la deuda sin un programa claro de reducción de los desequilibrios de las cuentas externas. Esta semana el Central publicó su balance cambiario en el que registró niveles récord de fuga de capitales.
“La frase de moda (en el mundo) es que cuando brilla el sol hay que reparar el techo”, dijo Sturzenegger. Apuntó a la necesidad de generar equilibrios de las cuentas públicas para que los países tengan margen ante estallidos económicos globales. El funcionario aclaró que esta intuición económica es correcta pero que debe realizarse gradualmente. No tuvo otra alternativa. Tenía a su lado a Dujovne, el vocero económico del Gobierno con la tarea puntual de defender “la idea del gradualismo fiscal”.
El ministro de Hacienda, al igual que Sturzenegger, habló y respondió a periodistas a temas de la agenda económica internacional. Dijo que “la economía del mundo ya volvió a niveles previos a la crisis de 2008. Pero hay que estar preparados a posibles tensiones y desafíos que estallen a nivel global”. Mencionó elementos de tipo geopolítico e incluso dio su posición sobre la guerra comercial entre Estados Unidos y China. “La apertura comercial es beneficiosa para el crecimiento, para la inversión y la expansión de todos los mercados”, aseguró. Criticó las políticas proteccionistas de los países y pidió reforzar el intercambio comercial.
Luego de las intervenciones de Sturzenegger y Dujovne, hubo también comentarios en el evento de los funcionarios de segunda línea tanto del Central como de Hacienda. El jefe de Gabinete del ministerio de Hacienda, Ariel Sigal, dijo que “el tema de las metas de inflación ya es tema viejo. Fue la pregunta del verano y no del otoño”. Agregó que “el Central lo dijo en su informe de política monetaria. Habrá una menor inflación en mayo o en junio. Y si eso no pasa se subirá la tasa de interés y se usarán las herramientas de política monetaria para llegar a la meta”. El vicepresidente segundo de la autoridad monetaria, Demián Reidel, lo reiteró. “No se cambian las metas. Pasó una vez y se recontra explicó. No pasa cada dos meses”, dijo. Entre los consultores locales, pese a estas afirmaciones, ya hablan de una utopía para referirse al 15 por ciento que se trazó el Central como objetivo de inflación en 2018.