Arranque cafetero
Sobre el Pasaje Santos Discépolo, apenas doblando Av. Callao, tres ex informáticos abrieron Root Coffee House, una cafetería de especialidad. Cansados de la vida corporativa, dejaron sus trabajos y hoy canalizan sus obesiones en el estricto modo de preparar el café. Tienen un blend de la casa que les provee Ninina, elaborado con granos de Bolivia, Colombia y Brasil, y suman además un café invitado que va rotando: la semana pasada, por ejemplo, fue un single origin de All Saints.
El café se sirve en una bella taza cerámica hecha a pedido para ellos, en un intento secreto por desterrar el jarrito de las mesas porteñas (si bien lo tienen todavía en carta, ante las insistencia denodada de los comensales). Hay ricos espressos ($45), Flat White ($65) y Lattes ($65/75) que pueden venir saborizados. En verano, tuvieron Cold Brew, pero ahora, si alguien viene en busca de un café frío, lo preparan a base de espresso y hielo. El café también se puede preparar en sistemas de filtrado, como el V60 y la Aeropress. Hay take away y venden los bleds en granos o molidos para llevar ($300 el cuarto kilo).
Para acompañar, la comida cumple: sirven croissants y medialunas, con o sin jamón y queso ($30/20); brownies ($70) y budines ($60). Buscando algo diferente, se decantaron por el Stroopwafel, esas galletitas de origen holandés de aspecto similar a los típicos barquillos redondos pero infinitamente más ricos ($30), y también por los Brigadeiros ($25), unas bolitas dulces típicas de la pastelería de Brasil que prepara una chica nacida por esos lares. Para desayunos y meriendas suman combos que incluyen panini de pollo, gruyere derretido, palta y paté de remolacha con limonada, que junto a un latte sale $180. Tienen la idea habilitar el sótano para dar clases, hacer catas y eventos y, aunque hoy abre solo en horario de oficina, en breve planean sumar los fines de semana y algunas noches.
Buen café en un un lugar amplio y silencioso, aún estando en el centro de la ciudad de la furia.
Root Cofee House queda en Pasaje Santos Discépolo 1830. Horario de atención: lunes a viernes de 8 a 19.30.
Tarde de cervezas
Ramiro y Tor se conocieron estudiando literatura en California: uno es argentino; el otro noruego. Pero más que las discusiones sobre Borges e Ibsen, lo que los unió fueron las olas del Pacífico y la gran movida cervecera norteamericana. Hace poco, junto con otros dos amigos, vinieron a Buenos Aires y abrieron Strange Brewing, una fábrica y local de cervezas con mucha identidad. Entre las particularidades que muestra Strange Brewing es que nunca se repiten las cervezas que elaboran. Son todas partidas limitadas: duran entre dos y tres semanas, y cuando se terminan, ya no vuelven a aparecer. Este no es un lugar apto para nostálgicos sino para aventureros; ese es el espíritu que intentan darle estos alquimistas cerveceros, que imaginan su futuro en Nueva Zelanda y que, por momentos, parecen salidos del cast de Punto Límite. En la fábrica a la vista, ubicada al fondo del local de Colegiales, experimentan con levaduras, fermentaciones, hacen cervezas con uva mendocina, prueban barricas, todo mientras planean la expansión. A la barra llegan las IPA, Pale Ale, Amber o Dunkel, con aportes de ananá, con frambuesa y lactosa, en combinaciones osadas pero que nunca pierden de vista lo más importante: que lo que llegue al vaso sea una excelente birra. Los precios se mueven en una franja que va de $60 a $100, y sus nombres son tan variados como las propuestas de sabor: León con hambre, Rubén Rubí, Del Abismo o Sweet Berry Weisse son algunos de los ejemplos que vivieron su apogeo y desaparecieron en el vaso de un comensal. Aunque tal vez alguno las tenga aún en la heladera (contra la indicación de los creadores, quienes aconsejan beberla en el corto plazo), después de habérsela llevado enlatada en el momento ($70/$100). Para acompañar, hay tacos de langostinos, de bondiola o de falafel ($120/$130), y suelen hacer pop ups con cocineros invitados. El local apuesta a la camaradería, con mesas largas y bulliciosas, todo en una zona que mantiene identidad de barrio. Sí, una cervecería más: pero muy distinta al resto.
Strage Brewing queda en Delgado 658. Horario de atención: miércoles a lunes de 18 al cierre.
La pinta de Devoto
En el centro de Villa Devoto, cerca de la estación, se está armando un intenso polo gastronómico con todo tipo de propuestas. Una de ellas es Bar Pintón, donde además de cervezas ofrecen ricos tragos y un menú de cocina que recorre distintas opciones de la cocina callejera. Tres socios con distinta relación con el universo gastronómico abrieron este bar que, en poco tiempo, se transformó en uno de los puntos de encuentro del barrio.
En la carta de tragos conviven los best sellers Mojitos, Gin Tonics y Caipiriñas ($120/$130) con los cócteles de la casa ($140), como el Scottish Julep (scotch, azúcar negra, menta y pomelo), el Crystal Tangerine (Absolut Citron, azúcar rubia y mandarina) o el Cucumber Punch (vino blanco, pepino, almíbar de limón y pomelo rosado). Para comer, las hamburguesas son las favoritas. Las hay de carne vacuna en tres combinaciones: la Mercedes, por ejemplo, viene con queso brie, champignones, cebolla caramelizada y rúcula ($170); hay también una vegetariana de porotos negros con cebolla, zanahoria, hongos marinados, pesto de rúcula y tomates secos ($160) y otra de langostinos marinados con cilantro, salsa guacamole, cebolla morada, tomate y lechuga ($200). Para picar, papas Pintón con cheddar, verdeo y bolognesa ($135); pinchos ($150/190) o empanaditas en masa wantan ($130 por 6 unidades).
A tono con la exigida tendencia, Bar Pintón también ofrece cervezas artesanales: cuenta con 12 estilos que varían según características y proveedores, y que se sirven por copa ($80); pinta ($100) o “pintón” ($120). Además suman más de 20 cervezas importadas de Alemania, Bélgica, Holanda y Reino Unido. Y semanalmente varían propuestas, con noches dedicadas a las birras embotelladas o a las tiradas, con distinos happy hours, con miércoles de chicas, noches de 2x1 en Campari y Fernet y dj’s invitados. Está claro: en Bar Pintón hay movimiento, mucha risa y grupos de amigos. Para empezar o terminar la noche, una opción que pisa fuerte en Devoto.
Bar Pintón queda en Mercedes 3940. Teléfono: 4587-6134. Horario de atención: lunes a viernes de 17 al cierre; sábados y domingos de 15 al cierre.