Vélez le ganó ayer como visitante al descendido Temperley 4-2 en un duelo atractivo que tuvo varios cambios de resultado, y donde el local terminó con tres jugadores menos. El triunfo significó, para los de Gabriel Heinze, el punto final a una racha de cinco empates consecutivos que, a pesar de todo, le sirvió para asegurarse la permanencia en la fecha pasada. Por el lado de los de Gastón Esmerado, la dignidad de la derrota dejó satisfechos a los hinchas que despidieron al equipo con aplausos.
Vélez llegaba sin uno de sus baluartes, Santiago Cáseres, quien por un altercado con el entrenador se quedó afuera de los concentrados. Sin embargo, con goles de Vargas y Zárate –que marcó por cuarto partido consecutivo–, los de Liniers ya parecían tener la historia definida antes de la mitad del primer tiempo. Pero, rápidamente, Temperley descontó gracias a su capitán, Di Lorenzo y, con el orgullo herido, fue por el empate. Este llegaría gracias a los desperfectos del fondo visitante. Vélez era un equipo en ataque y otro, muy diferente, en defensa: a los 53, un mal control de De la Fuente fue aprovechado por Ozuna para poner el 2-2 y desatar la locura en el Alfredo Berenger.
Pero tal locura se convirtió en descontrol para el equipo local que, mal parado, vio cómo su arquero Ayala derribaba a Zárate que se iba para el gol y era expulsado. Vélez aprovechó el hombre de más y, a los 71, volvió a ponerse arriba con un gran tiro libre de Robertone. Luego, una nueva expulsión para los locales que, ya con dos jugadores menos, sólo les quedaba ver cómo Robertone la picaba para firmar su doblete y el 4-2 final.