El presidente de Israel, Reuven Rivlin, acaba de quebrar la reciente ley que pena con hasta tres años de prisión a quien afirme que los polacos participaron en el exterminio nazi de los polacos judíos. Rivlin lo hizo en una reciente visita a Polonia, cuando le dijo en la cara a su par polaco Andrjez Duda, “que no se puede negar que Polonia y los polacos también participaron en el exterminio”. La ley aprobada en febrero pune este tipo de afirmaciones y fue estrenada en una denuncia de un grupo negacionista polaco contra PáginaI12.
El presidente israelí habló en una conferencia de prensa al cerrar la marcha anual por la Vida, un evento en el que cada abril un grupo camina del campo de concentración de Auschwitz hasta el de Birkenau. Compartiendo cámara con Duda, el israelí explicó que “esta tierra, Polonia, fue la forja del alma del pueblo judío y también, para nuestro infinito dolor, es el mayor cementerio judío. No se puede borrar una historia tan rica, tan plena, tan dolorosa”. La frase de Rivlin fue una referencia directa a la ley aprobada por el parlamento polaco y firmada por Duda este marzo. La legislación, que fue duramente criticada en el mundo entero, prevé multas y hasta tres años de prisión a quien de cualquier manera culpe a los polacos de haber participado en el Holocausto durante la ocupación alemana.
“Nadie duda que hubo muchos polacos que combatieron a los nazis, pero no podemos negar que otros colaboraron”, siguió Rivlin. Y para que no hubiera dudas sobre a qué se refería fue muy directo al agregar que “este país permitió la implementación de la horrenda ideología exterminacionista de Hitler y vio la ola de antisemitismo disparada por la ley que usted acaba de sancionar”. Esto se debió a que a comienzos de la guerra, “muchos mataron a judíos y se quedaron con su propiedad. Esa fue la base que permitió a los nazis hacer lo que quisieran, en Polonia y en otros países de Europa”. Siguiendo con su crítica, el israelí explicó que “los políticos tienen el deber de formar el futuro y los historiadores el de describir el pasado e investigarlo. Los unos no pueden meterse en el campo de los otros”.
Rivlin ya había hecho críticas de grueso calibre en Israel durante la ceremonia oficial de la memoria del Holocausto, cuando dijo que ningún país “puede legislar el olvido” de los judíos asesinados. “No esperamos que los países de Europa le pasen a sus jóvenes un sentimiento de culpa,” agregó el presidente, “pero esperamos que pasen la antorcha de la memoria y la responsabilidad”. Ya en Birkenau, Rivlin detalló que esta antorcha se pasa por medio de “la cooperación entre Israel, Polonia y el pueblo judío”.
El presidente polaco fue cauto y conciliador en su respuesta al visitante. “Nuestro encuentro es un gran honor, pero por supuesto es también un testimonio de la enormidad del desastre que ocurrió aquí: tres millones de judíos fueron asesinados en Polonia durante el Holocausto”, dijo Duda. De inmediato, agregó que “nunca vamos a olvidarlos”. Respecto a la ley, el presidente admitió que “hay un fuerte desacuerdo, pero en ningún momento intentamos bloquear la memoria. Por el contrario, quisimos defender la verdad histórica, algo que yo como líder quiero hacer a cualquier precio, aunque nos termine creando dificultades”.
La referencia a “dificultades” del presidente polaco incluye la tensión entre Israel y Polonia a raíz de la ley. Es raro que un presidente israelí haga referencia a temas políticos de actualidad, que se reservan al primer ministro, lo que indica la gravedad del asunto. En los primeros días de abril, hubo reuniones bilaterales en Jerusalén para intentar resolver las diferencias, con ambas partes prometiendo “preservar la verdad”. Pero el gobierno polaco volvió a tensar la cuerda al exigir que el Yad Vashem, el museo nacional del Holocausto, retirara un texto que acompañaba una fotografía afirmando que la policía polaca custodiaba el gueto de Lodz.
Este tipo de actitudes son las que hacen que muchos grupos, dentro y fuera de Israel y Estados Unidos, piensen que el verdadero objetivo de la ley sancionada por el gobierno de derecha de Polonia es reprimir la investigación y discusión sobre el rol de los polacos en el Holocausto. También se señala como una consecuencia de la ley un claro aumento en actos y discursos antisemitas en Polonia. El caso de la demanda contra PáginaI12 utilizando la ley alarmó por ser un intento de censura internacional. A 24 horas de sancionada la ley por el presidente Duda, un grupo negacionista de extrema derecha en Varsovia, la Liga Polaca contra la Difamación, acusó a este diario bajo los términoss de la ley local por haber publicado en diciembre una nota sobre una masacre durante la segunda guerra mundial.
La demanda fue repudiada por organismos de prensa y de derechos humanos internacionales como un claro intento de censura, y fue recibido como un globo de ensayo para tratar de imponer una prioridad política de la derecha polaca a medios del planeta.