Al menos 28 personas murieron en Nicaragua, en su mayoría estudiantes y entre ellos un periodista que transmitía en vivo, durante las protestas contra la reforma a la seguridad social anunciada por el gobierno, que comenzaron el miércoles y que hoy recrudecieron con saqueos, barricadas y fuerte represión policial. Ayer el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, anunció que daba marcha atrás en las medidas anunciadas. en un mensaje televisado, el presidente informó que la junta del sistema de seguridad social había votado da favor de revocar la medida. Sin embargo la tensión se mantuvo durtante el resto de la jornada, a tal punto que a tal punto que la vocera de la Oficina de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Liz Throssell, instó al gobierno de Nicaragua a evitar nuevos ataques contra los manifestantes y los medios de comunicación. “El Estado nicaragüense debe cumplir sus obligaciones internacionales para garantizar que las personas puedan ejercer libremente sus derechos a la libertad de expresión y de reunión pacífica”, dijo Throssell.
Más de 40 manifestaciones hubo en toda Nicaragua en los últimos cinco días, en las que al menos 28 personas murieron en enfrentamientos con la policía, según datos de organizaciones humanitarias. Según las crónicas de medios locales e internacionales, el caos seguía envolviendo ayer a Managua, con cientos de heridos y detenidos por la represión, y saqueos como el del Mercado Oriental, el más grande del país.
Las protestas se extendían también contra supuestos fraudes electorales, alzas de los combustibles, impunidad policial, muertes sin explicación de campesinos opositores y un discurso oficial de “paz y reconciliación” que no refleja la realidad del país, dijeron medios de Nicaragua.
Entre los videos más impactantes que circularon en las redes figura el del asesinato del periodista de la zona de Bluefields (Caribe Sur) Angel Gahona, director del noticiero local El Meridiano, quien fue alcanzado por una bala mientras hacía una transmisión en vivo en Facebook Live. En horas de máxima tensión, los soldados del Ejército se mantenían desplegados en varias ciudades, tras un noche de caos y violencia. Además de los saqueos, los autos coparon las estaciones de servicio por miedo a que se acabara la nafta.
El Nuevo Diario, de Nicaragua, habló de “masas de personas llevándose lo que pueden” con fotos de “tiendas completamente vacías”. El desborde social eras tal que algunos comerciantes se armaron para defender sus negocios. Además, mucha gente preocupada ante una singular situación de violencia social intentaba comprar enseres y abastecerse, pero la mayoría de las lugares cerraron sus puertas, informó la prensa local. Según informaron periodistas nicaragüenses vía Twitter, los universitarios, principales motores de las protestas, negaron su participación en los saqueos. El lunes pasado, el gobierno presentó una reforma al Seguro Social que aumenta hasta en 22,5 por ciento las cuotas de trabajadores y patrones al Seguro Social, y dispone una rebaja de cinco por ciento a las jubilaciones.
Las protestas estallaron el miércoles y recrudecieron el fin de semana con expresiones como “Libertad”, “No te dejes pueblo, tenemos que levantarnos” o “¡Que se rinda tu madre!”. En Managua, el foco de la represión estuvo concentrado en la Universidad Politécnica de Nicaragua (Upoli), donde se juntaron estudiantes de diferentes universidades para resistir.
Los muertos registrados por la Cruz Roja, atendidos en Managua y Tipitapa, tenían entre 15 y 33 años y la causa en todos los casos fueron impactos por armas de fuego, aseguró Lisset Guido, de la institución humanitaria, al periódico El Nuevo Diario, de Managua. Desde el inicio de las manifestaciones, el pasado miércoles, los voluntarios atendieron a unas 320 personas heridas y trasladaron a más de 100 a hospitales.
La Iniciativa Nicaragüense de Defensores de Derechos Humanos y el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) difundió un informe con nombres y apellidos de los fallecidos, y anunció que lo remitiría a organismos humanitarios internacionales. También reportan 67 estudiantes heridos, 43 desaparecidos, 20 detenidos, una emisora quemada y tres medios de comunicación bloqueados. Ayer, el gobierno reconoció 10 víctimas, entre ellas un policía, y 88 heridos (29 policías), además de daños materiales, y afirmó que no había detenidos.
Entre distintas voces de repudio, Amnistía Internacional pidió a las autoridades “dejar de reprimir inmediatamente a los manifestantes y proteger su derecho a protestar”. El presidente, Daniel Ortega, culpó a “pequeños grupos de la oposición”, de ser los causantes de las revueltas, El papa Francisco pidió el “fin de la violencia” en el país.