Al finalizar la reunión entre funcionarios y familiares de Brian Aguinaco, el adolescente muerto tras un asalto en el barrio de Flores, el gobierno porteño relevó al titular de la Comisaría 38º, Alejandro Attili. El apartamiento del cargo fue exigido anoche por los vecinos durante la toma de esa dependencia policial. También fue separado el superior jerárquico de Attili, el comisario inspector Osvaldo Tapia, procesado por enriquecimiento ilícito. 

Acordaron, además, "aumentar los controles" en la zona, mientras que los familiares de la víctima pidieron que se suspenda la nueva marcha prevista para esta tarde.

"Los cambios no son mágicos, tienen su tiempo", definió el ministro de Seguridad porteño, Martín Ocampo, durante una conferencia en la que confirmó que otro de los resultados del encuentro fue el compromiso de un mayor despliegue de controles policiales en las calles que conectan ese barrio con la Villa 1-11-14, sitio al que los vecinos apuntan como responsable de los altos niveles de inseguridad en la zona.

La remoción de Attili, “es parte del cambio”, explicó Eduardo Dotto, el abuelo del joven que el sábado fue baleado en la cabeza. Dotto se manifestó “satisfecho” por las propuestas que el gobierno le dio a su familia y a la comisión de vecinos que la acompañó.

“Evidentemente, antes había un sistema complicado” por el cual el Ministerio de Seguridad no había tomado la decisión de relevar al comisario, justificó Dotto, quien sostuvo que la familia de Brian se va a “tomar una semana para ver cómo funciona” el nuevo esquema de seguridad. Antes de reunirse con la cúpula de la seguridad porteña, el hombre había dicho que “Flores es un barrio de guerra”.

En tanto, Ocampo insistió con que "los cambios de fondo tienen su tiempo" porque son "una suma de políticas". Dijo que "vivimos durante muchos años tratando de invisibilizar la inseguridad ciudadana" y que "seguramente los cambios (prometidos a los vecinos de Flores) no alcancen". Finalmente, elucubró: "La seguridad no se hace con policías, se hace también con policías" (sic).

Esa zona de Flores ya venía caldeada tras una serie de hechos de inseguridad, el principal de ellos, la muerte del médico Pascual Mollo, de 59 años, en Rivera Indarte al 500, el sábado 10 de diciembre. Después de ese hecho, algunos vecinos se empezaron a organizar para hacer un reclamo a las autoridades.

El ataque a Brian, el sábado pasado, enardeció aún más al barrio. Al día siguiente un grupo hizo una reunión en Asamblea y Rivera Indarte, tras lo cual marchó hacia la comisaría 38ª. Hubo ya entonces algunos intentos de entrar por la fuerza, pero la tensión quedó acotada a ese incidente.

Ayer, entre los vecinos circuló un nuevo llamado a una protesta en la seccional. Pero a la tarde, cuando se conoció que Brian había muerto, la convocatoria se multiplicó a la par de la bronca. Y a la noche tomaron la comisaría.