Cuando llueve, obra escrita y dirigida por el canadiense Anthony Black, acaba de subir a escena en el Centro Cultural 25 de Mayo (Triunvirato 4444, martes a las 21). Para el montaje de esta obra, Black, director de la Compañía 2b Theatre, reunió a un elenco de actores locales –Gloria Carrá, Moro Anghileri y Rafael Spregelburd, este último también traductor del texto original–, al que se sumó Matthieu Perpoint, actor perteneciente al grupo que hace 18 años formó en la ciudad de Halifax. La obra fue escrita en tanto se fue diseñando un sistema de proyecciones, obra de Nick Bottomley, cuyas imágenes dan entidad a cada uno de los ámbitos donde tiene lugar la acción. Según precisa el director ante PáginaI12, esta escenografía virtual “exige un estilo de actuación profundamente verdadero que contrasta con un contexto artificial”. El espectáculo resultante mereció el nombre de “novela gráfica representada en vivo”.

Formado entre Montreal y Toronto, Black eligió quedarse en Halifax, su lugar de nacimiento, “aportando un grano de arena en el desarrollo artístico de la ciudad”, según afirma. Esto no le impidió a la compañía que codirige junto a Christian Barry realizar giras por todo Canadá, además de presentarse en festivales de todo el mundo. Tienen, incluso, varias obras en cartel en diferentes ciudades. Entre las muchas producciones de este colectivo, Black menciona Old Stock, una historia de amor entre refugiados judíos emigrados a Canadá a comienzos del siglo XX; Invisible Atom, acerca de los peligros del crecimiento económico y científico de la humanidad; y Lo que debería saber una joven esposa, sobre el control de la natalidad en su país. El director y dramaturgo admite que lo político está usualmente presente en los espectáculos de su compañía, lo cual se desarrolla conjuntamente con los modos de representación, ya que para el director “forma y contenido se crean al mismo tiempo”.  

En cuanto a Cuando llueve, Black sostiene que, si bien cuando escribe no tiene una idea previa a desarrollar, luego de llenar muchas páginas se dio cuenta de que estaba discurriendo “acerca del misterio del comportamiento de las personas, sobre la fractura de la comunicación en la pareja y sobre lo relativo que resulta siempre el estado de felicidad”. Así, Black precisa que “cada vez que se producen situaciones desafortunadas, la comunicación se quiebra, la relación se desgasta hasta el derrumbe y los comportamientos rozan el absurdo”.

“Cuando escribo, lo hago sin parar, de manera automática”, cuenta Black. “Es una forma de mantener un diálogo conmigo mismo sobre los temas más diferentes”. De esta forma, el autor creó dos parejas, una que mantiene un vínculo feliz que cambia por obra del azar y la otra en estado constante de fricción, por obra de sus propias elecciones. Spregelburd personifica a Alan, un matemático dado en analizarlo todo según estadísticas y probabilidades, y Carrá a su hermana Ana, aficionada al yoga y a la meditación. A cargo de Anghileri y Perpoint están sus respectivas parejas, Inés y Louis.

“El modo en cómo contamos nuestra vida, cómo entendemos nuestra historia, también es un tema importante de este espectáculo”, advierte Black, en gran parte refiriéndose al dispositivo que también proyecta acotaciones de escena. Es por esto que, tal como si se tratara de un narrador omniciente, los textos que se ven en la pantalla dan cuenta del pensamiento de los personajes y también de lo que les sucederá en un futuro cercano. A pesar de que los cuatro viven situaciones dolorosas, las acotaciones están muy teñidas de un humor que Black describe como “humor seco”. “Hago un estudio informal del sentido del humor del público canadiense”, afirma el director. “En el este de mi país compartimos el hecho de provocar humor sin demostrarnos graciosos, en cambio en la otra punta prefieren el humor declaradamente cómico. Ahora tendremos que descubrir qué es lo que ocurre aquí”, concluye.