Romina Zapata estuvo en pareja 10 años con Ezequiel Derminio. Después del nacimiento de sus dos hijos, la violencia fue en aumento. El estuvo preso por robos, pero cuando empezó a violentarla ella decidió dejarlo, en 2015. Nunca hizo denuncias mientras estuvo con él, pero sí cuando se separaron: la primera fue dos meses después, cuando entró a su casa y se llevó al nene y ella tuvo que ir a buscarlo a Villa Diego, donde él agredió a ella y a su padre. Por ese y otros siete episodios similares en los que la golpeó, amenazó e intentó abusar, está sentado en el banquillo desde ayer. La Fiscalía pide que sea condenado a 7 años de prisión.

Romina tiene 31 años y siempre tuvo que recurrir al 911 cuando su ex marido se acercaba. Ella logró una restricción de acercamiento a la familia y la hacía valer cada vez que veía cerca al acusado. Los hechos más violentos comenzaron en marzo de 2015. "Él llegaba siempre bajo el efecto de las drogas", dijo la mujer ayer, como primera víctima del juicio. Incluso, dijo que le tiene miedo y lo acusó de haber estado implicado en un homicidio. A ella la amenazaba cada vez que podía, de frente o por mensajes de texto. "Puta de mierda, te voy a matar", le decía. "Yo le hice muchísimas denuncias", aseguró la víctima, que relató al menos siete episodios violentos por los que tuvo que llamar al Comando Radioeléctrico para salvar su vida y la de sus hijos.

En uno de los hechos, el acusado corrió dos cuadras con un cuchillo a la mujer y a su hija. "Como la nena lloraba le dio dos piñas en la cabeza, y a mi me golpeó. Llamé al 911 y ahí se fue", contó frente al tribunal compuesto por Alejandro Negroni, Patricia Bilotta y Facundo Becerra.