Escrita por Eva Halac, ubicada en tiempos de la Campaña del Desierto, La voluntad, Teatro a distancia es una obra que discurre sobre emprendimientos civilizadores, cruces y choques culturales. Los personajes son un comandante a cargo de un ejército desmoralizado y enfermo y una actriz europea y su compañìa que, a pesar del hambre y el frío, intentan representar un fragmento de su repertorio en ocasión de la visita al fortín del presidente Roca, el 25 de mayo. Pero un hecho imprevisto trastorna todos los planes y deja al descubierto las contradicciones de uno y otro bando. Con dirección de Hernán Márquez, la obra puede verse en Santos 4040, interpretada por los integrantes de la compañía Ministerio Teatral de Obras Públicas Catherine Biquard, Mucio Manchini, Martín Caminos, Leandro Cóccaro, Martín Rebechi, y Julián Martínez. La música en vivo está a cargo de César Nigro y Martín Rodríguez. El diseño de iluminación es de Carolina Rabenstein.
Inspirada libremente en Sarah Bernhardt, la actriz de La voluntad... batalla a favor de una cultura que los personajes criollos no pueden entender más que como “un bien lejano y extranjero”, como adjetiva Halac en la entrevista con PáginaI12, lo cual convierte a la cultura en “un espacio sagrado e inamovible, incapaz de comprender lo humano”, según señala la autora. De allí el desajuste cultural que se produce entre las partes, una tensión que la puesta enriquece en gran medida apelando a situaciones de humor.
Dramaturga y director se conocieron compartiendo espacios de formación artística, incluido el teatro de títeres, en el que Halac acredita larga experiencia. Así, el primer espectáculo de esta compañía formada en 2015 fue Cuesta abajo, versión titiritera del texto de Alfredo Le Pera. Como en aquel espectáculo, también en La voluntad la música juega un papel importante: “tratamos de cruzar ritmos y melodías argentinas”, explica Márquez en la misma entrevista con este diario, “y en este caso, con valses y vidalas buscamos poetizar la idea de inmensidad”, concluye el director, quien resolvió ubicar la acción de la obra en la pista de un circo criollo, según diseño de Micaela Sleigh, fenómeno cultural contemporáneo a la Campaña del Desierto.
–¿Qué sentido cobra la idea de voluntad?
Eva Halac: –Tanto el comandante como la actriz tienen una voluntad de ser y de hacer. Pero finalmente, el beneficio que pretendían conseguir termina transformándose en todo lo contrario. Allí se ve la distancia que puede haber entre las consignas y los hechos.
–¿En qué más se parecen estos personajes?
E. H.: –Los dos tienen autoridad sobre otras personas, también una misión civilizadora que cumplir y gestos mesiánicos, bastante de fanatismo y de autoglorificación.
–Actriz y Comandante están entregados a una causa que para ambos es noble. De todas formas el espectador puede no verlos tan semejantes...
E. H.: –Elegí la Campaña del Desierto porque es nuestra peor gesta. Pero yo pienso en el dinamismo de la vida y creo que los hombres están antes que las ideas. Por eso me gusta ver al ser humano en cada personaje, aún en los políticamente incorrectos. No creo en el teatro que redime, en ese teatro parroquial donde hay buenos y hay malos.
Hernán Márquez: –Aunque la obra ocurre durante la Campaña del Desierto, momento en el que se tomaron decisiones sobre la tierra que nos afectan hasta ahora, aunque hay una documentación histórica, no se trata de un teatro histórico sino de una obra con símbolos y metáforas.
–¿Qué implica en la obra la idea de distancia?
H. M.: –La obra habla de las distancias culturales, temporales y físicas, territoriales. Yo relaciono esas distancias con la que existe también entre el dramaturgo y el director, entre esos dos imaginarios que en un primer momento se encuentran y que luego se ponen en tensión.
–¿Por qué esta compañía resolvió poner en escena únicamente textos nacionales?
H. M: –Es que coincidimos con las ganas de contar momentos de la Argentina, situaciones y paisajes nuestros.
E. H.: –Me parece bien esta decisión. Yo pienso que el autor argentino no está valorado al mismo nivel que el extranjero. Hay mucho prejuicio con nuestra literatura. Se cree que hacer teatro argentino es antiguo y menor.
H. M.: –En el teatro independiente han surgido en los últimos años muchos autores que toman como disparador elementos del ámbito local: siento que nos da la posibilidad otra vez de tener derecho a ser argentinos en el teatro, posibilidad que en algún momento pareció estar vedada, me refiero a que si no hacías a tal o cual autor europeo o al menos no lo hibridabas haciendo una mezcla extraña no accedías a ciertos espacios.
* La voluntad, Teatro a distancia, en Santos 4040 (Santos Dumont 4040), los sábados a las 18.