El Banco Central mantuvo ayer la tasa de interés de referencia en 27,25 por ciento. Lo hizo argumentando que la inflación núcleo de abril se ubicó en niveles elevados. “El Central considera que la aceleración de la inflación en los últimos meses es transitoria y que se debe a los fuertes aumentos de precios regulados y a la rápida depreciación del peso entre diciembre y febrero”, mencionó la autoridad monetaria. Agregó que “una vez superado estos factores transitorios la inflación consolidará su tendencia a la baja”. Se trata del mismo argumento que utilizó en los últimos dos.
El organismo a cargo de Federico Sturzenegger aprovechó su comunicado de política monetaria, en el que informa el nivel de la tasa de interés de referencia, para repetir cuál es su visión del proceso inflacionario. “Cuatro motivos permiten fundamentar la perspectiva favorable de la entidad respecto a la desaceleración de los precios (para la segunda mitad del 2018)”, indicó. Detalló que “la política monetaria es más contractiva que la observada el año pasado. Las negociaciones salariales están pactándose de manera consistente con la meta del 15 por ciento. El proceso de ajuste de precios regulados se desacelerará fuertemente después de abril. Finalmente, el nivel relativamente elevado del tipo de cambio real y la propia acción del Central llevan a no prever, en los próximos meses, depreciaciones significativas del peso”.
Esta descripción de la perspectiva del Central deja en claro varios puntos. El primero es que el organismo decidió utilizar el salario como un ancla contra la inflación. Mientras los precios suben a un ritmo de casi 26 por ciento interanual, la autoridad monetaria celebra que las paritarias se hayan firmado en torno al 15. El segundo es que la entidad a cargo de Sturzenegger, luego de la suba de más del 20 por ciento del tipo de cambio desde noviembre del año pasado, recalibró su política cambiaria y se decidió a usar el dólar como otra ancla contra los precios. Ahora el Central, aunque no lo explicita, profesa la política de tipo de cambio casi fijo. Se trata de una política idéntica a la que empleó la gestión anterior.
La inflación, pese a los esfuerzos discursivos de la entidad monetaria, no se frena y se registran aumentos tanto en el índice general como en el indicador núcleo (libre del efecto de los precios regulados como las tarifas). “La variación de precios de marzo fue de 2,3 por ciento para el nivel general y del 2,6 por ciento para el componente núcleo”, reconoció la entidad a través de su comunicado de política monetaria. “Con estos resultados la inflación interanual se mantuvo en 25,4 por ciento, mientras que la parte núcleo se ubicó en 22,4 por ciento”, indicó.
La entidad precisó que los precios mayoristas registran niveles aún más elevados de aumento interanual. “En las últimas dos semanas también se conocieron los datos de inflación de marzo correspondientes al sistema de precios mayoristas. Los incrementos interanuales se ubicaron en 27,5 por ciento para el índice de precios internos al por mayor (IPIM) y de 29,9 por ciento para el índice de Precios Básicos del Productor (IPP)”. Agregó que “las variaciones se ubicaron entre 1,9 y 2,4 por ciento respecto al mes previo”. “Con toda la información disponible, el Banco Central decidió mantener su tasa de política monetaria. Se conducirá la política monetaria para conseguir la meta de inflación de 15 por ciento en 2018”, cerró.