La crisis interna de la CGT se profundiza de manera lenta y paulatina. Ayer, la Asociación de Médicos de la República Argentina (AMRA) presentó su renuncia al cargo que ocupaba Sandra Maiorana en la Secretaría de Salud del Consejo Directivo. La inacción de la central obrera frente al avance de la crisis que provocan las políticas del gobierno de Cambiemos y la falta de solidaridad ante el permanente reclamo de la AMRA de repudiar por completo el texto de la reforma laboral que el gobierno busca debatirla otra vez en el Congreso, fueron las razones de la dimisión que complican las intenciones de gordos e independientes por hacerse del control de la CGT.
La salida de AMRA se suma a la renuncia que en diciembre último presentó la UOM con similares críticas a la conducción cegetista al sostener que flaqueó ante las movilizaciones contra la reforma previsional y, sobre todo, en las negociaciones con la reforma laboral. Sobre este punto, Maiorana aseguró a PáginaI12 que “planteamos en más de una oportunidad nuestra oposición a la reforma laboral porque le quita a los profesionales, incluidos los médicos, la categoría de trabajadores para pasar a ser autónomos con todos los perjuicios que ello acarrea”.
El argumento de la renuncia puede parecer un tanto desfasado en el tiempo pero hay dos elementos a tomar en cuenta. Por un lado, el gobierno dejó trascender la idea de reflotar la reforma laboral aunque dividida en varios proyectos de ley. Pero sobre todo, los médicos no olvidan que tanto gordos e independientes hicieron caso omiso a sus reclamos porque en sus obras sociales mantienen a los médicos sin registrar: “La gran mayoría de nuestros afiliados médicos trabaja en negro y la reforma laboral que se acordó, que si bien luego se desconoció, no revierte esa situación”, aseguró Maiorana. De allí es que la dirigente sostiene que encontró poca solidaridad en gordos e independientes ante este reclamo y es por eso que la AMRA, luego de un largo debate en las diferentes seccionales, se decidió la renuncia. Eso sí, en su crítica siempre despega a los triunviros Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña que, si se quiere, da cuenta de su cercanía con el moyanismo pero también de la alianza que se está regenerando en el marco del proceso de renovación de las autoridades de la CGT con los representantes del gastronómico, Luis Barrionuevo. La relación entre Moyano y Barrionuevo tiene vaivenes. En enero se distanciaron luego de que el gastronómico desistiera de ser parte de la movilización del 21F y parecía que los puentes se habían roto pero eso ya es historia.
Por otra parte, la renuncia de la AMRA no perjudica la representación de los gremios aliados a Camioneros porque quien reemplazará a Maiorana es otro hombre del Moyano, el secretario general del calzado, Agustín Amicone, hasta ahora vocal segundo quien además tiene la condición de ser parte de las 62 Organizaciones, una de las agrupaciones sindicales que hacia su interior se debate en una lucha interna entre moyanistas y los aliados del fallecido dirigente de Uatre y el macrismo, Gerónimo “Momo” Venegas.
Hay un dato más que está relacionado con de la CGT y es que Hugo Moyano desistió de irse de la central obrera como pregonaba su hijo. La semana pasada el gremio anunció que la renuncia se limitaba sólo a Pablo Moyano, que no será más el secretario Gremial de la CGT, y que su lugar lo ocupará el actual secretario de Política de Transporte del gremio, Omar Pérez, un hombre de confianza del veterano líder sindical. Diferente fue la actitud de la UOM que la renuncia a la Secretaría de Interior que ocupaba Francisco “Barba” Gutiérrez incluyó el retiro del gremio del Consejo Directivo mas no de la central obrera. A Gutiérrez lo reemplazó el vocal primero Luis Cejas del sindicato de viajantes de comercio y que responde justamente a Barrionuevo. Pero más allá de las diferentes actitudes tomadas por estos gremios, lo cierto es que en este tiempo de renovación tanto a camioneros, gastronómicos y metalúrgicos los une la idea de contar con una CGT más fuerte y crítica de las políticas del gobierno de Cambiemos.