Con la pelota en sus manos terminó Emanuel Ginóbili su décimosexta temporada en la NBA. Quizá la última de su extensa carrera. “Ahora tomaré vacaciones, podré disfrutar de mi familia, mis hijos y dormiré en mi cama. Me voy a tomar uno o dos meses para ver cómo me siento. Vengo pensando en retirarme desde siempre, je”, apuntó el escolta de casi 41 años, sobre su incierto futuro profesional tras la eliminación sufrida frente a los Golden State Warriors en la madrugada de ayer.
Fue derrota por 99-91 para San Antonio Spurs como visitante en el quinto partido y 4-1 final en la serie, para que los vigentes campeones avancen a la segunda ronda de Playoffs donde enfrentarán a New Orleans Pelicans. El bahiense sumó diez puntos, siete asistencias, cinco rebotes y fue parte sustancial de la levantada que puso a su equipo a tiro del batacazo en el último cuarto, tras haber estado 16 abajo en el marcador pero que terminó con un doloroso mal pase en búsqueda de un algo distraído LaMarcus Aldridge en el poste bajo, y un doble sentenciador por parte de Kevin Durant en la jugada siguiente. Haya sido o no la última vez de Ginóbili con los cortos y la musculosa en una cancha de básquet, la 2017-18 fue ciertamente especial por la cantidad de jugadas destacadas y la de récords alcanzados.
Por empezar, con sus diez puntos anotados en el quinto partido, Ginóbili sumó una nueva marca personal al convertirse en el primer jugador en alcanzar los dos mil puntos en Playoffs saliendo como reserva. Es que el ganador al premio al Mejor Sexto Hombre (mejor suplente) hace casi diez años redefinió el concepto de potenciar la segunda unidad comenzando los encuentros desde el banco. Tal es así que, siendo el cuarto en cantidad de minutos jugados para su equipo en estos playoffs, el bahiense finalizó como líder en asistencias por partido (3,2), segundo en robos (1,4), segundo en total de triples anotados (6), segundo en tiros libres anotados (9) y cuarto en puntos por partido (9,0). Además, el bahiense se quedó con el segundo mejor registro en cuanto a rendimiento del equipo con él en cancha.
Es decir, San Antonio perdió en la serie contra Golden State por un promedio de 8,8 puntos por partido pero, con Ginóbili en el parquet, esa diferencia baja a 1,9. El mejor en este rubro fue el letón Davis Bertans con +1,7, mientras que el peor número fue el del francés Tony Parker con -26,1. En cuanto a este último (de buena actuación ante los Warriors aunque las estadísticas no lo reflejen), vale agregar que, tras el triunfo conseguido en el cuarto partido de la serie, se convirtió junto a Ginóbili en el dúo más ganador de la historia de los Playoffs; en otra de los récords conseguidas por el bahiense este año.
Por otro lado, en estos todavía jóvenes playoffs el bahiense tiene el cuarto mejor registro entre todos los jugadores en materia de cargas recibidas. Adivinar el movimiento del rival y poner el cuerpo para ser atropellado para sacar la falta y retomar la posesión de la pelota ha sido un sello de Manu en la NBA. En la actual temporada regular, sólo otros seis jugadores tuvieron mejor promedio que él teniendo en cuenta las cargas recibidas y los minutos jugados (con un mínimo de mil minutos). En faltas ofensivas obtenidas también se destaca, ubicándose en el puesto 20 entre los que más recibieron. La estadística refleja que, con más años en el lomo y menor velocidad en las piernas, Manu tiene que exprimir al máximo la rápidez mental para sacar ventaja de este tipo de acciones; algo en lo que siempre se ha destacado pero donde más sustenta hoy su labor defensiva.
A lo largo de la temporada, Ginóbili se vio emparentado con monstruos del calibre de Michael Jordan y Kareem Abdul-Jabbar por las explosiones ofensivas que tuvo en varios partidos a la edad de 40 años. En total fueron 30 encuentros con diez o más puntos. Entre ellos estuvieron las superlativas actuaciones consecutivas frente a Phoenix (21 puntos) y Portland (26) en enero de este año. Pero sin duda lo que más vivirá en el recuerdo y en todos los compilados de Youtube que resuman el año de Ginóbili serán los tiros ganadores frente a Boston y Dallas, a comienzos de temporada, las voladas de palomita al piso en búsqueda del balón y las increíbles volcadas sobre los gigantes estadounidenses de siempre que, aunque cambien de apellido, siguen saliendo en los pósters del bahiense.