Los hospitales y centros de salud de la provincia de Santa Fe contarán con pastillas de misoprostol producidas por el estado, en el Laboratorio Industrial Farmacéutico (LIF), que está en plena etapa de desarrollo, en el lapso de prueba de seis meses. “Estamos en proceso de producción, en realidad bastante avanzado”, confirmó el subdirector de Salud Sexual y Reproductiva de la provincia de Santa Fe, Oraldo Llanos. La droga mejorará la existente en el mercado –y monopolizada por el laboratorio Beta– porque será “la monodroga en una concentración óptima para los procesos que se quieren abordar, todo lo que tiene que ver con aborto espontáneo, incompleto, interrupción legal del embarazo, preparación para algún estudio en particular integral de cuello de útero, muerte intrauterina a nivel embrionario o de feto, todas esas situaciones. Eso es un plus”. La presentación comercial del medicamento, bajo el nombre de Oxaprost, contiene diclofenac, lo que obliga a manipularlo y reduce sus niveles de efectividad. Con esta medicación, se realizan hoy la mayor parte de las interrupciones del embarazo hasta la semana 12, con mucho menos riesgo. De este modo, Santa Fe será el primer estado que dejará de depender del precio del mercado, con la producción de entre 10 y 15 mil pastillas mensuales. “Todo esto está basado en la soberanía de los insumos de Santa Fe, que al tener dos laboratorios oficiales, uno provincial que es el que estaría en proceso de producción, que es el que nos da el orgullo y la posibilidad de ser más independientes y tener más gobernabilidad”, se ufanó Llanos. En estos días, en el Congreso Nacional pudieron escucharse a protagonistas de la experiencia de Rosario, que desde 2012 tiene mortalidad cero por abortos, justamente el mismo año en que empezó a distribuirse este insumo en todos los centros de salud para garantizar las interrupciones legales del embarazo.
El misoprostol es considerado medicamento esencial por la Organización Mundial de la Salud desde 2005. Algunos de los proyectos en debate en el Congreso Nacional –firmados por el diputado del Frente para la Victoria Daniel Filmus y por la diputada de Peronismo para la Victoria, Araceli Ferreyra– contemplan la producción y distribución de medicamentos. Antes, en 2016, organizaciones de la sociedad civil presentaron dos pedidos al Estado. El Centro de Estudios Legales y Sociales, Lesbianas y Feministas por la Descriminalización del Aborto y Nuevo Encuentro presentaron en septiembre de 2016 una solicitud a la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentación y Tecnología Médica (Anmat) para que apruebe el uso obstétrico del misoprostol. En noviembre de ese año, Católicas por el Derecho a Decidir le pidió al Ministerio de Salud de la Nación que produzca este medicamento esencial, desarrollado comercialmente en 1973 y descubierto hace más de tres décadas por las propias mujeres latinoamericanas como método abortivo.
En total, el laboratorio provincial LIF produjo 90 mil millones de píldoras el año pasado, entre antibióticos, antiinflamatorios, drogas para salud mental, anticonceptivos orales, entre otro amplio espectro. Y tras una ampliación en su capacidad productiva, este año podría llegar a aumentar en un 50 por ciento la cantidad de comprimidos.
Si bien desde el estado provincial son muy celosos de la información, la producción a prueba está avanzada y si todo sale bien, en agosto contarán con la provisión propia en hospitales y centros de salud. El LIF santafesino compró el know how a un laboratorio bonaerense. Es decir, la forma de producirlo. En la provincia, en 2016 hubo 363 tratamientos ambulatorios y en 2017 fueron 514 en los centros de salud provinciales, si bien Llanos advierte que sigue existiendo un subregistro.
Cuando se habla del mercado, en las farmacias, el medicamento bajo la presentación comercial de Oxaprost se vende hoy a 2800 pesos, por el abuso de Beta de su posición dominante. En 2014, esta medicación fue incluida en el programa Precios Cuidados en su presentación de 16 pastillas, por entonces a un valor de 452 pesos. Entonces, la presentación pasó a ser de 20 pastillas al doble del precio acordado: 1070 pesos. Hoy, cuatro años después, el precio trepó a alrededor de 3000 pesos.
“A partir de las preguntas de las organizaciones de mujeres, que además comenzaron a denunciar el uso abusivo del posicionamiento en el mercado, estas cosas empezaron a aparecer, nos parece bien que se discuta ese precio de mercado y nosotros lo vamos a producir con valores muy inferiores”, dijo Llanos. Aunque no hay estimaciones oficiales, al estado le costará menos del 10 por ciento del precio del mercado producir el misoprostol, que no se comercializará en farmacias ni se venderá a otras provincias del país al menos por ahora.
Uno de los primeros impulsores de esta producción fue el antecesor de Llanos, el actual director de Salud Sexual de la municipalidad de Rosario, Daniel Teppaz. “Cuando yo estaba en la provincia, aparecieron una vez más las organizaciones de mujeres, la línea de Lesbianas y Feministas por la Descriminalización del Aborto y las Socorristas en Red, y ahí dijimos, las socorristas ya lo están haciendo, cómo no lo vamos a hacer desde el sistema de salud, así se empezó a proveer el misoprostol y a considerar la resolución en el sistema de atención, donde estaban las mujeres”, rememoró Teppaz sobre el proceso que llevó a proveer del misoprostol a todos los centros de salud de la provincia.
Desde el movimiento de mujeres, la integrante de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, Mabel Gabarra, se entusiasmó. “Me parece una muy, muy buena noticia, creo que en esto vamos a ser pioneras y pineros a nivel nacional, al facilitar que el misoprostol llegue a todas las mujeres, garantizado por los efectores públicos de la provincia. Es un adelanto enorme y felicito a las autoridades de la provincia que llevan adelante esta iniciativa”, dijo Gabarra, que ayer disertó en el Congreso por la legalización.
Sobre todo, para la activista, es importante el acceso. “Tiene que estar a un precio mucho menor. Yo deseo que realmente el misoprostol llegue a las mujeres con un precio mucho más bajo que el que fija un laboratorio de medicamentos, que siempre busca su propia ganancia mientras el estado tiene que facilitar y no ganar”, consideró y fue por más: “Lo que se necesita es la mifepristona. Pero lo tiene que autorizar el Anmat primero para que lo pueda producir la provincia”. Combinados, mifepristona y misoprostol mejoran el procedimiento de interrupción del embarazo con medicamentos.
También desde la Red de Profesionales por el Derecho a Decidir, la médica María Paula Botta –que garantiza abortos por Aspiración Manual Endouterina (Ameu) en el sistema público de salud rosarina– subrayó el valor de la producción pública. “Va de la mano de la situación que contamos en el Congreso. Es una ciudad e intenta ser una provincia, porque la realidad de Santa Fe no es idéntica a Rosario, que más adhiere a lo que dice el protocolo de Nación y trata de cumplir con los estándares de calidad que tiene que ver con el uso de misoprostol y Ameu. Como sabemos, el laboratorio Beta monopoliza la comercialización de misoprostol”, dijo la médica generalista, quien subrayó que al manipular la droga se reducen los índices de efectividad. Botta subrayó que –hasta ahora– “la municipalidad y la provincia compran a precio de mercado, lo que significa un costo muy alto”.
Desde el estado provincial, la prioridad es que “llegue a la usuaria, por eso la provisión está desde hace varios años en el sistema público”. El coordinador de Salud Sexual y Reproductiva subrayó que “el LIF le va a reponer a los efectores lo que asignaron a ese proceso. Los casos son nominalizados, con reserva de identidad, .acompañamiento del equipo de salud y la autorización de misoprostol es paso a paso. Nuestra experiencia fue muy buena, y ahora con producción propia, va a ser más fácil, porque las discontinuidades del laboratorio también nos complicaron”.
Cuando se le pregunta por la capacidad para proveer a otros distritos, Llanos es muy cauto. “Por el formato que le dimos, nuestra capacidad de proveer a otros distritos está complicada”, explicó. Aunque el funcionario no lo hace explícito, la dificultad está en la autorización de Anmat. “Habría que ver, si la ley sale, o las provincias ya a partir de esta discusión, empoderan a su población o a sus equipos, cuál es la capacidad de responder a la demanda oculta, porque al principio va a haber una ola. Esto disminuye a mediano y largo plazo. Nosotros nos fuimos preparando de a poco para dar respuestas, incluso con el insumo”, agregó el funcionario: “Nos vamos a hacer cargo sólo de nuestra población, y la más desfavorecida, la que concurre al sistema público de salud”. La provisión a las farmacias privadas tampoco es una posibilidad actual. Como siempre, dependerá de la capacidad de presión del movimiento de mujeres, lesbianas, travestis y trans que se amplíe el espectro.
En esa misma línea, Llanos subrayó el convenio firmado con la organización no gubernamental Ipas para contar con la tecnología que requiere la Aspiración de Membranas Endouterinas, AMEU, con la que Rosario cuenta desde 2016 y la provincia de Santa Fe desde el año pasado.
Sólo en la ciudad de Rosario, que es la más grande de la provincia, en 2016 hubo 588 interrupciones de embarazo, de las cuales entre 400 y 500 fueron con medicamentos. En cambio, 169 fueron hospitalarias, por distintos motivos. Entre otros, porque las usuarias del sistema de salud rosarina que acceden al ILE pueden optar entre el aborto medicamentoso y el AMEU. Los números de 2017 no están cerrados pero son similares.
Si bien la fabricación del misoprostol es una iniciativa del laboratorio provincial, Llanos subraya que la política pública en salud sexual y reproductiva de Santa Fe se retroalimenta con la de Rosario, donde el partido Socialista gobierna desde 1995. Al estado provincial llegó una década después, en 2007. “Eso alimenta a Rosario porque trabajamos en conjunto, es sinérgico, venimos muy codo a codo, en muchísimas cosas. Rosario hizo un rebote en el resto de la provincia y la experiencia del resto de la provincia reformuló también a Rosario, consideró Llanos.
Desde el estado municipal, el secretario de Salud Leonardo Caruana afirmó que “la producción pública de medicamentos como política de salud es un eje, ligado a una formación de precios que los hacen dificultosos”, como en el caso del misoprostol.