¿Es Rosario la ciudad de las mujeres, al menos en lo que a salud pública se refiere? El aporte de la ciudad a las exposiciones por la legalización del aborto fue abrumador: el primer día fue el secretario de Salud municipal, Leonardo Caruana, quien definió las líneas de una política de salud, pero también participó Daniel Teppaz, director de Salud Sexual municipal y una referencia internacional en el tema, como así también cinco médicas y un enfermero, todos del sistema de salud. Es que Rosario también creó la primera cátedra “El aborto como problema de salud pública”, aprobada por unanimidad en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Rosario. Todas conquistas que empujó el robusto movimiento de mujeres rosarinas, posibilitados por una decisión política sostenida durante más de una década. La primera firmante del primer proyecto de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, Silvia Augsburger, rosarina ella, también fue una de las oradoras, hoy diputada provincial por Igualdad y Participación.
Caruana subraya el trabajo con el movimiento de mujeres. “Lo planteo así, porque aparte fue así: en realidad fue un camino iniciado por las mujeres cuando planteaban estas situaciones, que ingresaban a los hospitales, dada mi experiencia y las de muchos trabajadores de distintos centros de salud, hace 20 años, en una guardia ingresaba una chica con un aborto provocado, en condiciones de clandestinidad, con grandes lesiones que les provocaban secuelas permanentes, o generaban el fallecimiento por un síndrome séptico o estos síndromes que provocan una evolución muy desfavorables, provocando la muerte, y todo eso se hacía bajo la toma de un testimonial de un sumariante”, rememoró el funcionario. “Estas eran las situaciones y fueron las mujeres las que plantearon la necesidad de construir cómo el estado debía tomar esa situación. Se avanza en las guías, protocolos, que dan origen a la ordenanza de 2007, que aparece como una despenalización institucional, la no criminalización”, reflexionó Caruana sobre esa construcción que hoy lleva adelante su Secretaría, a la que define como “un gobierno que decide generar infraestructura pública y que esta problemática se incluya en una perspectiva de derechos, más un equipo comprometido con esta problemática y una transformación del sistema de salud”.
Como las historias son siempre colectivas, pero hay quienes las encarnan, en esta transformación hubo una figura nodal, que fue Teppaz. Y –en el marco de una decisión política– alguien que sembró la semilla de un sistema de salud cercano a la población, que vaya a buscar a las personas con una concepción integral: Débora Ferrandini, mencionada una y otra vez entre lxs disertantes de Rosario, que fue directora de Atención Primaria de la Salud de Rosario en los años 90 y murió en 2012. En esa huella caminaron las médicas de APS disertaron en el congreso, Paula Botta, Raquel Tizziani, Celeste Alarcón Loizaga, María Gabriela Pereira. Y el enfermero cuidador Pablo Dalmasso. Una forma contrahegemónica de entender la medicina. Pero la interpretación amplia del causal salud no alcanza, como lo dejó bien claro Botta en su exposición: las mujeres no pueden depender del lugar en el que viven para acceder a derechos.
“Siempre digo que en Rosario se alinearon los planetas, en el sentido de que hubo una decisión política para instalar un sistema de salud diferente, con una visión centrada en la estrategia de atención primaria de la salud, con la atención cercana a las personas. Esto crea una relación entre los equipos de salud y los vecinos de un barrio totalmente diferentes. El sistema de salud ha tenido mucho que ver. Y sobre ese sistema, en Rosario tenemos organizaciones de mujeres fortísimas, que agendaron el aborto no punible. Fue a través de Mujeres Autoconvocadas Rosario que se llegó a la primera ordenanza del protocolo de aborto no punible, en 2007. Ese proyecto lo entregó MAR a la entonces Secretaria de salud municipal (hoy intendenta), Mónica Fein. Era un protocolo de avanzada cuando de verdad nosotros no sabíamos nada”. Entonces, Daniel Teppaz era director del hospital Roque Sáenz Peña que -con largo recorrido en consejerías pre y post aborto- hoy cuenta también con un servicio de Maternidad único en América Latina, de cuyo diseño también participó el movimiento de mujeres.
Fue allí, en ese hospital, donde en 2004 resolvieron el primer aborto no punible, y comenzaron a hablar de un tema tabú. Pero no se trata sólo de interrumpir el embarazo, sino también de garantizar la provisión de anticonceptivos en todo el sistema. Según los números que analiza Teppaz, el 95 por ciento de las mujeres de entre 14 y 49 años que concurren a los centros de salud municipales cuentan con un método anticonceptivo. Y entre el 92 y el 95 por ciento de las personas gestantes que acceden a la interrupción legal del embarazo se llevan un anticonceptivo de larga duración, a su elección, tras la práctica.
Uno de los datos más importantes fue el trabajo con objetores de conciencia que desarrolló Daniel Teppaz cuando fue subdirector de Políticas de Género e Interculturalidad del Ministerio de Salud de la provincia de Santa Fe, entre 2009 y 2014. Sin embargo, fue en esa tarea cuando descubrió que era mejor dar vuelta la óptica: “Vimos que teníamos que apoyar a un montón de profesionales que trabajaban con una práctica basada en derechos, cuya consciencia es muy valiosa, y que estaban dando respuesta. A partir de ese trabajo, se dieron los resultados. El número de internaciones y de complicaciones empezó a disminuir en 2007”.
Una de esas cientos de profesionales es Botta. “Quienes somos parte de la red de profesionales garantizamos interrupciones en el sistema de salud público y somos quienes estamos más cerca de las mujeres en el territorio. Nos capacitamos a voluntad propia para seguir cumpliendo con los mejores estándares de capacidad y seguridad, pero para poder sostener este nivel es necesaria también nuestra participación en las políticas públicas porque sabemos cuáles son los obstáculos que se encuentran en los territorios y los hospitales, así que nos brindamos a que nos convoquen las autoridades para seguir siendo referencia a nivel nacional y seguir garantizando la atención de las mujeres”, dice la profesional, integrante también de la Cátedra de la UNR.
Desde la Campaña nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, Mabel Gabarra subrayó que “se ha hecho un proceso muy interesante, que tiene que ver con que en Rosario siempre existió un movimiento de mujeres muy fuerte, que trabajó en articulación con la municipalidad y la provincia, exigiendo y reivindicando nuestros derechos, pero además, tuvimos funcionarias, concejalas y diputadas que forman parte del movimiento. Esa articulación entre política, feminismo y militancia, logró resultados muy buenos para las mujeres”.