Luchó contra viento y marea durante veintidós años con una misión que finalmente pudo cumplir: que el surf sea deporte olímpico, y eso sucederá en los Juegos de Tokio 2020. El máximo responsable de esa inclusión es Fernando Aguerre, titular de la International Surfing Association (ISA). El marplatense, presidente de la ISA desde 1994, comparó la elección del surf para insertarse en la máxima competencia del deporte con la sensación de pararse arriba de una tabla y bajar una ola: “Fue como terminar una surfeada de una ola casi imposible, muy larga y llena de dificultades”.   

“La diferencia es que, para agarrar una ola, uno rema cinco/seis segundos y acá fueron veintidós años”, contó Aguerre tras su histórica conquista, a cuatro meses de haber presenciado la votación en Río de Janeiro que terminó a favor de que el surf esté en Tokio con veinte hombres y veinte mujeres. “No sé si es el mayor logro de mi carrera, pero es verdad que llevo más de dos décadas trabajando ad honorem, robándole tiempo a mi familia, a mis amigos, a mis surfeadas, poniendo todo para promover este deporte”, expresó.

El logro de Aguerre no fue el único para el surf argentino en 2016. El también marplatense Santiago Muñiz, de 23 años, fue el compatriota que más cerca estuvo de meterse en la elite del surf mundial –el Championship Tour, donde compiten los 32 mejores– y terminó por primera vez entre los 50 mejores del ranking QS (desde el Qualyfing Series se asciende al CT). 

Aguerre, que ya había logrado  que el surf ingresara en los Panamericanos 2019, recordó todo lo que tuvo que pasar para llegar a este momento: “Me acuerdo cuando hace 39 años, en mi Mardel natal, el intendente de la dictadura militar prohibió el surf”. “Hoy suena ridículo, pero fue así. Fue con la ayuda de mi madre y amigos que armé una asociación argentina, organicé eventos y logramos que se levantara esa prohibición. Hoy Mar del Plata es la capital del surf argentino y mi deporte es olímpico. Más no puedo pedir”, concluyó.