Controlar la corrida no será barato para el Banco Central. El abultado stock de reservas que Federico Sturzenegger construyó aspirando los dólares generados por el endeudamiento externo y el ingreso de capitales especulativos le otorga margen de maniobra para evitar movimientos bruscos en el tipo de cambio. Ante las restricciones y tensiones políticas internas para recurrir a la tasa de interés como mecanismo de ajuste, la apuesta a las divisas acumuladas busca evitar que una devaluación presione aun más sobre la inflación. La costosa estrategia tampoco está libre de riesgos. Ya sea que el BCRA recurra a las tasas de interés o continúe vendiendo reservas el resultado será la profundización del déficit en cuenta corriente. PáginaI12 consultó a los economistas Matías Kulfas de Idear Desarrollo, Mara Ruiz Malec del ITE y Martín Alfie de Radar Consultora para analizar el rumbo de la política cambiaria y monetaria.
“El Banco Central dispone de distintas alternativas pero ninguna le garantiza controlar la corrida y menos contener la inflación. Una respuesta podría ser dejar flotar el tipo de cambio pero, como ahora reconoce hasta el propio Sturzenegger, eso impactaría más sobre la inflación que se mantiene por encima del 2 por ciento mensual. Otra opción es seguir vendiendo reservas pero eso no necesariamente calmará las expectativas de una devaluación futura sino que las retroalimenta”, advirtió Alfie de Radar Consultora. “El Banco Central parece perdido. Descubrió que las devaluaciones son inflacionarias y ahora le pone un techo al dólar. Tienen una corrida pero no logran contenerla. O pierde reservas o el tipo de cambio tiende a subir y eso impactará sobre la inflación. Al Central no le alcanza la palabra para frenar la corrida”, consideró Ruiz Malec. “Existe una brecha entre los dólares que se espera que ingresen y los que se van para importaciones, atesoramiento y turismo”, expresó la investigadora del ITE de la Fundación Germán Abdala.
“El BCRA tiene margen de maniobra pero existe una situación externa que es mala, con una cuenta corriente deficitaria en 5 puntos del producto. Si el BCRA aspira a no dejar correr el tipo de cambio para evitar impacto inflacionario, mantiene una moneda apreciada y complica más el déficit en la cuenta corriente. Seguís agudizando mas el frente externo, se encarece el costo de mantener este desequilibrio y se complica la economía real. El problema de fondo es el desequilibrio externo financiado con deuda externa”, advirtió el director de Idear Desarrollo.
“Otra alternativa que disponen los bancos centrales para calmar las tensiones cambiarias es intervenir en el mercado de futuros pero el Banco Central no puede hacerlo porque judicializó ese instrumento. Vender futuros para contener las expectativas de devaluación tampoco garantiza que se frene la corrida pero quita presión”, consideró Alfie. “Dejaron de utilizar la tasa de interés porque hay un pacto implícito con el Ministerio de Finanzas para que el Ejecutivo se financie en el mercado local ante las limitaciones del mercado internacional y para eso necesitan que la tasa de las Lebac no sea tan alta”, explicó el economista para quien la solución “menos costosa” para el Gobierno sería volver a subir las tasas de interés como de hecho sucedió durante la jornada de ayer en el mercado secundario donde la autoridad monetaria validó un alza. “El Banco Central tiene muchas reservas. Pero hay una manta corta. O pierden reservas o dejan subir el dólar. La otra alternativa es que suban la tasa y así pueden volver a tentar con el carry trade a los capitales especulativos”, sostuvo Alfie.
“El gran error de este gobierno es la desregulación del mercado de cambio que genera este tipo de corridas y riesgos. Desmantelaron todos los controles. No solo quitaron los mecanismos para administrar el mercado que fueron establecidos durante el kirchnerismo sino que avanzaron sobre algunas herramientas previas. Están en una trampa que ellos mismos crearon”, enfatizó Ruiz Malec al referirse a la vulnerabilidad externa.